Desde hace siete años, la calle de la Cera del Raval se ha convertido en un museo al aire libre gracias a los murales en homenaje a la rumba catalana que instaló el Ayuntamiento de Barcelona. Se pueden encontrar figuras como Peret, L’Orelles y el Pescaílla, pero no hay ninguna mujer rumbera representada.
Por ello, la asociación Carabutsí, presidida por Sam García, presentó hace unos meses una propuesta para que los presupuestos participativos de Barcelona incluyan la creación de un tercer mural en la calle de la Cera dedicado a las rumberas catalanas. La idea de Sam es que el mural se coloque en la bifurcación entre la calle de la Cera y la d’En Botella, de manera que pueda verse desde la Ronda de Sant Pau. El director de Carabutsí asegura que el papel de la mujer es fundamental para entender el origen y la evolución de la Rumba Catalana. Carmen Amaya, Dolores Vargas ‘la Terremoto’, Maruja Garrido, “La Chana” o toda la dinastía Flores son merecedoras, según la asociación Carabutsí, de un puesto en este homenaje.
Otras de las demandas de la asociación es que la calle pase a llamarse “de la Cera y de la Rumba Catalana” y que algunos carteles señalen al Eco-Museo Gitano de Barcelona. A diferencia de los museos tradicionales, los eco-museos suelen ser espacios poco definidos que no incluyen únicamente obras artísticas, sino aportaciones altruístas de toda una comunidad.
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