Así empieza la historia de los gitanos en España

37
Alfonso V, el Magnanimo, Rey de Aragón en 1425

Cuando fui elegido Diputado por primera vez en las elecciones del 15 de junio de 1977 un compañero Diputado por Sevilla me enseñó un libro que acababa de comprar y que respondía al título de “Libro Blanco de los gitanos españoles”. Fui rápidamente a comprarlo en cuanto el presidente del Congreso levantó la sesión y mi gran sorpresa fue leer que, en aquel año, el 80 por ciento de los gitanos españoles eran analfabetos. Y el 20 por ciento restante eran en su mayoría lo que los pedagogos llaman “alfabetos”. Es decir, que leían con dificultad y apenas sabían más que firmar.

Obviamente no sabíamos nada de nuestra historia ni de nuestros orígenes. Sabíamos, eso sí, que éramos gitanos, que formábamos una comunidad o un pueblo diferente al de la mayoría, que teníamos un idioma que hablábamos entre nosotros llamado “Rromanò” que luego se transformó en lo que comúnmente se conoció como “Kalò”. Y nada más porque hasta ese año de 1977 no apareció el primer estudio de María Helena Sánchez Ortega titulado “Los gitanos en el periodo borbónico”.

En resumen, que no sabíamos nada ni de nuestros orígenes ni de nuestra historia. Pueblo de cultura ágrafa tan solo sabíamos lo que de padres a hijos habían transmitido sobre nuestras viejas tradiciones.

Pero un día se rompió el velo y empezamos a conocer algo de nuestra historia

Este año celebramos que el 12 de enero de 1425 el rey Alfonso V el Magnánimo firmó un salvoconducto a un grupo de gitanos que habían llegado a la península Ibérica pidiendo su ayuda y protección. No se conoce en España ningún acontecimiento anterior a esa fecha sobre nuestra presencia en tierras de la península.

Yo acababa de aterrizar en Barcelona –tenía 23 años—tras la Peregrinación a Roma de 1965 en que fuimos convocados por Pablo VI. Recuerdo que me pasaba horas y horas buscando en las tiendas de libros viejos instaladas en los alrededores de la catedral. Los libreros me tomaron cariño y me ayudaron mucho en mi búsqueda de testimonios sobre el devenir de la comunidad gitana, hasta que un día, uno de ellos me habló de la existencia de una señora, catedrática de instituto, que igual que yo, les visitaba con frecuencia preguntando si había encontrado algo nuevo sobre los gitanos. Como es natural indagué sobre su paradero y un día la encontré. Y ese día, lo confieso, fue el más importante y decisivo en mi afán por saberlo todo sobre nuestro pueblo. Ese día los gitanos y las gitanas españoles encontramos a la persona que sería nuestra mejor fuente de información sobre el pasado y el presente de nuestra historia.

Si quiere conocer el documento de 1425 pulse aquí¨: https://uniondelpuebloromani.org/documento/

Doña Amada López de Menese

Doña Amada López de Meneses fue una catedrática de Instituto, profesora de historia a la que tuve el gran honor de conocer y tratar en mi juventud recién llegado a Barcelona. Ella consagró su vida a estudiar la historia de los romaníes y nos dejó las más importantes investigaciones realizadas hasta hoy. Doña Amada ocupa en mis recuerdos el más grande de mis reconocimientos y cariño personal. Ella fue la que un día vino a buscarme alborozada para decirme que había descubierto en el Archivo de la Corona de Aragón el famoso salvoconducto expedido por Alfonso V el Magnánimo al Conde Tomás del Pequeño Egipto en el año 1425, para facilitar su viaje a Santiago de Compostela.

Ella hizo posible que fuera yo el primer gitano de España que contemplara ese documento con el que empieza nuestra historia y que pudiera tocarlo con mis manos casi 600 años después de que fuera promulgado.

Doña Amada nació en Los Nogales, provincia de Lugo en junio de 1906 y murió en Barcelona a los 70 años de edad.