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La deshumanización de la vida gitana

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Las organizaciones del Consejo Estatal del Pueblo Gitano, órgano interministerial y adscrito al Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social que representa al movimiento asociativo gitano más representativo de nuestro país, quieren expresar en primer lugar su más sentido pésame a la familia y allegados de la víctima del asesinato perpetrado en la localidad onubense de Rociana del Condado. No hay palabras de consuelo ante la irreparable pérdida de un padre de familia, y más aún cuando los hechos que han trascendido públicamente pese al secreto del sumario han sido tan duros para ellos, especialmente para uno de los cuatro hijos de la víctima, de siete años, que presenció in situ tan lamentable y triste acontecimiento. Sustentado, según las primeras declaraciones de la Guardia Civil encargada de la investigación y el alcalde del pueblo, Diego Pichardo, en la conjetura del presunto asesino, un hombre jubilado armado con una escopeta de caza, de que “estaba siendo víctima de un robo en su finca”. Un presunto robo de un cubo de habas.

En segundo lugar, las organizaciones de este Consejo hacen pública su más enérgica repulsa ante la propaganda mediática, que en su máxima expresión de antigitanismo no sólo no ha condenado tan vil asesinato, sino que ha convertido a la víctima en verdugo y al presunto asesino en héroe. Una propaganda materializada en el abominable tratamiento otorgado a los hechos por parte de Mediaset, conforme a una mala praxis periodística que a nuestro entender redunda en la propagación de actitudes y comportamientos antigitanos en nuestra sociedad. Algo que no ocurre por primera vez en dicha empresa de comunicación.

En esta ocasión los hechos vuelven a ser especialmente graves:

  1. El espacio de las mañanas de la cadena “Telecinco”, bajo la denominación “El Programa de Ana Rosa”, emite una reconstrucción de tan lamentable hecho apoyándose en todo momento en una supuesta opinión pública local que en todo momento está del lado del presunto asesino. Sobre el asesinado, en cambio, se vierten un sinfín de acusaciones sin pruebas fehacientes fundamentadas en los estereotipos y los prejuicios que por generalización se otorgan a la comunidad gitana, condensados básicamente en la delincuencia y la marginalidad.
    «Vive desde hace más de quince años en la zona. Su perfil es un tanto peculiar: ocupa y viejo ladrón de la zona». “Según cuentan los vecinos, un hombre un tanto conflictivo. Al parecer, su familia tiene amedrentado a todo el pueblo. Sus hijos están adoctrinados para entrar a robar a las casas». «Nos han quitado un chorizo de encima».
  2. En los minutos posteriores a la emisión del reportaje, en el plató del citado programa, se realiza una breve valoración de los acontecimientos, aprovechada por parte de la conductora del programa para verter sin ningún tipo de pudor una hipotética defensa jurídica del presunto asesino por encima de la justa reivindicación de justicia: «Se puede alegar defensa personal…».
  3. Tras la emisión de este espacio informativo, líder en audiencia televisivas en horario matinal, las redes sociales se colapsan de mensajes antigitanos, alegrándose por el fallecimiento de un “ladrón” y apoyando al presunto asesino confeso, lo que demuestra hasta qué punto se alimenta el odio desde los medios de comunicación en general y desde la empresa Mediaset en particular, que acumula denuncias por estas maniobras que perjudican gravemente la imagen pública y el desarrollo social de la ciudadanía gitana.

Por todas estas circunstancias, el Consejo Estatal del Pueblo Gitano comunica lo siguiente:

  1. Que muestra su absoluta solidaridad con la familia de la víctima, y confía plenamente en la Justicia para que se esclarezcan todos los hechos acontecidos en Rociana del Condado en beneficio de la verdad.
  2. Que va a hacer valer los derechos que le asisten para denunciar ante las instituciones y organismos pertinentes la mala praxis periodística de este espacio, denominado “El Programa de Ana Rosa”, exigiendo una rectificación pública. Porque reiteradamente hace uso de maniobras para denigrar, desacreditar y vilipendiar la imagen pública del Pueblo Gitano, inclusive en casos como éste, en el que una persona gitana es asesinada. Fomentando con sus declaraciones una oleada de comentarios inhumanos, auspiciados en un discurso periodístico basado en la “culpabilidad de la víctima”, convirtiendo una vez más al débil, al que sufre la pérdida, al que muere, en el chivo expiatorio de una sociedad mediática que no conoce límites en su ensañamiento contra lapoblación gitana.
  3. Que la justificación de la violencia, independientemente de dónde provenga o sea su origen, es un hecho a todas luces deleznable. Por tanto, del mismo modo que sucede en los casos lamentables de violencia de género o por motivos raciales, no tiene sentido alguno, ni ético ni moral, tratar de justificar un hecho violento de estas características. Y mucho menos argumentar sin criterio razonable fórmulas que suavicen la previsible pena del agresor.
  4. Este Consejo se ha puesto en contacto con los organismos públicos competentes para que frenen este tipo de episodios cruentos, que suelen repetirse con asiduidad tanto en espacios como el programa ya citado, como también en las redes sociales, donde a través del anonimato, los mensajes de odio antigitanos son caldo de cultivo para que el racismo, la xenofobia y la intolerancia caminen hacia un clima cada vez más crispado, tal y como estamos observando en los últimos meses.

Una vida vale menos que una mata de habas

Me tiemblan las manos al empezar a escribir estas líneas. Y me resisto a aceptar que lo que estoy leyendo y viendo en el vídeo casero que me han enviado pueda ser verdad. Una mujer gitana, acompañada de sus hijos ―tienen cuatro― llora desconsolada, dando alaridos de dolor, junto a sus hijos que tirados al suelo abrazan el cuerpo de su padre, ya muerto por causa de las balas asesinas de un tipo que creyó defender así su campo de habas.

No tengo más información que la que me han transmitido desde Huelva algunos ciudadanos. Pero es suficiente para que pueda expresar en estas líneas el sentimiento de consternación que me embarga.

Los hechos

El fallecido era un pobre hombre de 45 años que caminaba por un paraje conocido como Dehesa de López o Camino de Bollullos perteneciente al pequeño pueblo de Rociana del Condado que está a un kilómetro escaso de la población. Iba acompañado de su hijo pequeño de solo siete años. ¿Dónde iba? Vaya usted a saber. Algún día lo sabremos cuando el Juzgado levante el secreto del sumario. Lo cierto es que la víctima era un ciudadano natural de Castilla-La Mancha que llevaba más de diez años viviendo en Rociana y que incluso estaba casado con una gitana rocianera. Me dice Juan José Cortés, gitano que ha desarrollado su labor pastoral en aquel pueblo, que conocía muy bien a la víctima, a la que no duda en definir como “un gitano bueno, una buena persona”. Cuando el niño vio a su padre tirado en el suelo, sangrando, salió corriendo a avisar a su madre y a sus hermanos. Ya se pueden imaginar la escena. El pobre gitano murió como consecuencia de los dos tiros que recibió: uno en la cara y otro en el pecho.

Por las declaraciones que ha hecho la Guardia Civil encargada de la investigación y por las que ha efectuado el alcalde del pueblo, el asesino es un hombre jubilado, de unos 70 años, que armado con una escopeta de caza “abrió fuego pensando que estaba siendo víctima de un robo en su finca”.

¿Un cubo con unas cuantas matas de habas es el precio de una vida?

En el vídeo que he recibido y que acompaña a estas letras alguien se lamenta diciendo “no hay derecho, le han matado por poner en un cubo unas cuantas matas de habas”.  Parece ser que este es el móvil. El gitano y su hijito de siete años salieron a buscar unas matas de habas a un sitio que estaba a un tiro de piedra de su casa. Era al medio día. Hacía un tiempo resplandeciente. El sospechoso de ser un ladrón que podía arrasar el campo del viejo agricultor no llevaba más que un cubo en una mano y de la otra a su pequeño hijo. Supongo que para matar el hambre de la familia. Unas habas echadas en la cazuela, con un poco de sal y un chorro de aceite podían ayudar a pasar el día. ¡Que poco podía imaginar que le esperaba un demonio asesino, escopeta cargada en ristre!

Me dicen que en el pueblo todo el mundo se conoce. ¿Conocía el viejo asesino al gitano que tan solo pretendía coger unas matas de habas para trampear el hambre de su familia? Quería impedir que le robaran la cosecha, pero, ¿cómo? ¿Dónde estaba el camión, el carro o la furgoneta para arrasar con una parte de la plantación? No, solo estaban en el escenario del crimen un pobre padre de familia, un niño pequeño de siete años, y un cubo para transportar el botín.

Ahora es la hora de los carroñeros

No pasarán muchas horas en que no aparezcan los racistas de siempre, diciendo: ¡Bien! “uno menos”; o los “bien intencionados”, que también los hay, justificando al asesino del que dirán que solo había actuado en defensa de su propiedad. Y, como no, tampoco me extrañaría que en algún medio de comunicación se ofreciera una información envenenada diciendo que “el manchego” era un delincuente habitual. Temiendo estoy a los comentaristas habituales que como el de Karrantza (Bizkaia) no se escondía para decir públicamente en las redes sociales: “Putos gitanos de mierda. Me cago en Dios. Estoy de una mala hostia que dan ganas de salir y darles fuego.” ¡Cuánto odio, cuanta ceguera, cuanto racismo asesino hay en las palabras de este demonio que ofende a Dios y quiere quemarnos vivos en nuestras casas con nuestros padres e hijos! Y que nadie diga que es producto de un momento de ofuscación. Sus palabras no se improvisan. Sus amenazas están bien formuladas. Y su decisión de hacernos daño es a todas luces evidente.

El viejo escopetero de Rociana ha quitado la vida a un padre de familia que ha dejado a una viuda desconsolada y a cuatro niños huérfanos. Y todo por unas matas de habas que no sabemos si llegó a introducir en el cubo. Importe: 20 céntimos de euro.

No es demagogia, no. Es pura realidad que araña en el alma

Hoy centenares de personas, tal vez miles, están pasando hambre en España. No hay periódico, radio o TV que deje de recordarnos que vivimos en un país donde una de cada cuatro familias vive bajo el umbral de la pobreza. Expertos trabajadores de servicios sociales dicen que «Las familias precarias van a tener problemas de subsistencia. Estamos hablando de gente que está pasando hambre y que tiene que racionar lo poco que tiene, y de familias con niños.» En Madrid se reciben casi medio millar de llamadas de auxilio diarias que piden comida.

Afirmo rotundamente que no puede hablar con propiedad del hambre quien nunca la sufrió ni del frío quien nunca lo experimentó. Robar comida cuando se han agotado todos los medios al alcance para pagarla, dar un golpe a un escaparate donde aparecen relucientes los más exquisitos manjares y llevarlo a nuestros hijos cuando ni siquiera tienen un mendrugo con que engañar a las tripas rugientes, eso no es pecado ni Dios llevará al fuego eterno al padre de familia que así actúe, porque por encima del derecho de propiedad está el derecho a la vida que es un don sagrado de Dios. Sostengo que la justicia divina está junto a los hambrientos de pan y de justicia, porque la justicia de los poderosos te mete en la cárcel por culpa de una gallina que se salió del gallinero.

Hoy el rayo criminal de una escopeta de caza en manos de un podrido asesino ha segado la vida de un padre de cuatro hijos que tan solo quería coger unas matas de habas para echarlas en la olla de la miseria.

Aquí pueden ver el video de la tragedia:

El antigitanismo que no cesa: la paradoja de la tolerancia durante la COVID-19

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En el momento de su fundación, hace ya casi tres décadas, la Unión Europea puso en el centro de sus fundamentos el compromiso con la defensa de la dignidad humana y la igualdad de trato. En cumplimiento de este compromiso, la Comisionada Europea para la Igualdad, Helena Dalli, llamó recientemente a los Estados miembros de la UE a «hacer todo lo posible para evitar que las minorías nacionales o étnicas, en particular los gitanos, se conviertan en chivos expiatorios de la crisis actual». Estas declaraciones abrieron un debate necesario sobre una forma específica de racismo con largas raíces históricas, cuya espina sigue clavada en el corazón del presente.

En el caso de España, tan pronto como se declaró el estado de alarma, el Gobierno reconoció la particular situación de vulnerabilidad que afecta a un segmento significativo de la población gitana, inscrita en el contexto de las desigualdades estructurales preexistentes a la pandemia. Y, de hecho, el Gobierno mapeó casi mil barrios, en su mayoría habitados por personas gitanas, que presentan índices de pobreza y extrema pobreza. En consecuencia, se trazó un plan para garantizar unos ingresos básicos, así como el suministro de alimentos, agua, gas y electricidad, a las familias necesitadas. Sin embargo, las medidas sociales y económicas siendo muy necesarias, no son suficientes para proteger los derechos de las personas gitanas en los tiempos que corren. Desde el comienzo de la pandemia, federaciones como Khetane y Unión Romaní han denunciado, en repetidas ocasiones, el uso de un lenguaje racista que retrata a las comunidades gitanas como una amenaza para la salud pública.

Personalmente me ha conmocionado el nivel de odio propagado por periódicos muy influyentes: insultando, ridiculizando y difamando a las comunidades gitanas. También fue sorprendente ver casos en los que los grandes medios de comunicación pedían el uso de la violencia policial o militar contra los barrios gitanos. Y tales mensajes de odio tuvieron consecuencias inmediatas: ha habido personas alentando, a través de las redes sociales y los servicios de mensajería instantánea, pogromos contra las comunidades gitanas sospechosas de saltarse el confinamiento.

En el caso del antigitanismo, hablamos de un racismo profundamente arraigado que se manifiesta con especial virulencia en contextos de crisis, cuando la ansiedad y el descontento social buscan canales de expresión disponibles no punibles. Y los gitanos han demostrado históricamente ser un blanco fácil, en estos contextos, debido a la impunidad vinculada a una forma ampliamente aceptada de racismo. Lo he expresado en diferentes foros de debate europeos, y ahora lo expreso también aquí: todas las políticas socioeconómicas dirigidas a la inclusión de la población gitana resultarán fallidas si no están respaldadas por el compromiso político de combatir el racismo y sus manifestaciones, incluido el discurso de odio.

En diciembre de este año, el marco estratégico de la UE para la inclusión de los gitanos llegará a su fin; y estoy seguro de que habrá muchas lecciones que aprender sobre la desigualdad tomadas de la crisis de la Covid-19. Una de ellas debería ser la necesidad de priorizar el antirracismo en los programas estratégicos de los países miembros de la UE. La inclusión, entendida como una participación equitativa en todos los ámbitos de la sociedad, seguirá siendo un objetivo lejano en el horizonte hasta que no logremos reducir los altísimos niveles de estigmatización y odio que padecen las comunidades gitanas.

El estigma de la «amenaza gitana» es la mayor barrera para acceder a viviendas de alquiler, trabajos de calidad o estructuras democráticas de representación. Estas tres áreas de inclusión, tan diferentes entre sí, requieren una cualidad básica común: la confiabilidad. Y es que las gitanas y los gitanos han sido desposeídos del capital social más elemental: la confianza. Las campañas de difamación contra la identidad gitana, por medio de los discursos racistas, tienen tres efectos principales: dañar la reputación de todo un grupo de población; crear una opinión pública basada en el miedo; y finalmente legitimar la exclusión social.

Tal estigma antigitano no es nuevo. Hay estudiosos de su genealogía que han trazado líneas paralelas con la infame historia del antisemitismo. De ser así, esta historia de discriminación ha tenido un impacto negativo muy duradero: las encuestas sobre intolerancia informan regularmente de los niveles más altos de hostilidad hacia los gitanos – entre todos los grupos minoritarios de Europa -. Esto debe detenerse: España y el resto de estados miembros de la UE tienen que hacer cumplir la ley y proteger a las víctimas gitanas de este maltrato. El discurso de odio debe ser perseguido y sancionado, en cualquier formato, ya sea en los medios tradicionales, en los medios digitales o en las redes sociales.

Hemos de ser conscientes de que el clima social de pánico que prevalece en tiempos pandemia es crucial para evaluar los posibles efectos de los discursos racistas. Estos pueden servir para crear un entorno intimidante, hostil, degradante, humillante, ofensivo, cuando no directamente violento, contra las comunidades gitanas. La Directiva de Igualdad Racial de la UE proporciona a sus estados miembros un instrumento adecuado para luchar contra los discursos de odio. La ley española también protege formalmente a sus ciudadanos y grupos minoritarios contra amenazas, crímenes contra la integridad moral y discursos de odio; protecciones garantizadas y tipificadas en el código penal. Los instrumentos jurídicos ya existen, ahora son precisos programas políticos adecuados que velen por el cumplimiento de las leyes.

Al final de la Segunda Guerra Mundial, el filósofo judío Karl Popper publicó, La sociedad abierta y sus enemigos. En este tratado contra el autoritarismo, Popper formuló la paradoja de la tolerancia en los siguientes términos: «La tolerancia ilimitada debe conducir a la desaparición de la tolerancia. Si extendemos la tolerancia ilimitada aún a aquellos que son intolerantes; si no nos hallamos preparados para defender una sociedad tolerante contra las tropelías de los intolerantes, el resultado será la destrucción de los tolerantes y, junto con ellos, de la tolerancia.»

En un Estado democrático de derecho, las instituciones públicas han de adoptar un punto de vista postconvencional. Para ello, no deben limitarse a reflejar el estado social de opinión, sino que han de catalizar transformaciones hacia mayores cuotas de igualdad y justicia. Confío en que España puede liderar el camino hacia un nuevo paradigma de mutuo reconocimiento. La igualdad constitucional de los gitanos y las gitanas es más que una cuestión de inclusión social; es una cuestión de dignidad humana. Esto requiere políticas antirracistas que garanticen que las personas gitanas sean tratadas con respeto.

Fundación Secretariado Gitano y ProFuturo reparten 300 tablets a estudiantes gitanos

La Fundación Secretariado Gitano pondrá a disposición de familias gitanas vulnerables de toda España 300 tablets donadas por ProFuturo, el programa de educación digital de Fundación Telefónica y Fundación la Caixa, para facilitar que los menores en edad escolar puedan seguir aprendiendo desde casa mientras continúen cerrados los centros educativos.

Con las tablets de ProFuturo, 300 menores gitanos y gitanas podrán hacer las tareas telemáticas que debe realizar todo el alumnado y seguir el curso. «Esta crisis está golpeando duramente a las familias gitanas más vulnerables», ha manifestado el director general de la Fundación Secretariado Gitano, Isidro Rodríguez.

En este contexto, ha agradecido a ProFuturo esta donación «que contribuirá a paliar esta brecha digital que afecta a muchos estudiantes gitanos». También ha dado las gracias a la Reina Letizia, quien ha trasladado a la fundación en varias ocasiones «su interés y preocupación por la situación educativa de los menores gitanos» y ha hecho «gestiones» para el contacto con ProFuturo, según ha afirmado Rodríguez.

ProFuturo ha distribuido 10.000 unidades en las últimas semanas entre familias vulnerables con menores en edad escolar, hospitales y residencias de mayores a través de las comunidades autónomas y otras organizaciones sociales.

Leer más: https://m.europapress.es/epsocial/igualdad/noticia-fundacion-secretariado-gitano-profuturo-reparten-300-tablets-estudiantes-gitanos-facilitar-educacion-casa-20200429150129.html

Un deseo para el pueblo gitano

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Como muchas y muchos sabéis, llevo más de 30 años trabajando con el Pueblo Gitano desde la administración pública. Conozco a muchas familias gitanas desde hace muchos años. Familias con las que he trabajado, a las que quiero y de las que he aprendido mucho. Todavía recuerdo mis primeros años, con el Tío Marchena, en paz descanse, y con otros miembros de esta gran comunidad, ayudando a tantas familias para que pudieran tener simplemente un lugar donde vivir, y dejar así atrás las chabolas y asentamientos en los que desgraciadamente se encontraban. Ha llovido mucho desde entonces.

Puedo decir que he vivido muchas cosas con el Pueblo Gitano, y que tengo grandes amigos y amigas, y personas a las que respeto y admiro muchísimo. Por eso, en estos momentos, lo primero que os quiero decir es que acompaño en el sentimiento a todas aquellas familias que habéis perdido a algún miembro por esta crisis. Lo siento de todo corazón. Y también quiero enviar un fuertísimo abrazo a todas las familias gitanas que a estas alturas os encontráis luchando contra este virus. ¡Mucha fuerza, estoy seguro que saldréis!

Cuando me pidieron escribir este pequeño artículo, pensé en hablaros del Plan Integral del Pueblo Gitano de la Generalitat de Cataluña, de mi equipo y el trabajo que estamos haciendo en esta situación un tanto preocupante. De las cosas tan importantes que hemos conseguido juntos en los últimos años. Pero, finalmente, he decidido ser mucho más breve, y daros un mensaje. Un consejo. Una petición. Un deseo. A cambio, yo os prometo mi apoyo y el esfuerzo y trabajo incansable para conseguir que este sueño se haga realidad.

Pero antes, querría exponer en qué punto nos encontramos en este momento. Muchas familias gitanas se encuentran actualmente en una situación muy preocupante. Incluso algunas se encuentran en un punto de máxima vulnerabilidad. Muchas personas autónomas (una importante mayoría dentro de la comunidad gitana, por cierto), que se dedican principalmente a la venta ambulante en los mercados municipales de todo Cataluña, han visto como sus ingresos se reducían a cero, dado que no podían llevar a cabo su actividad profesional por el estado de alarma.

Afortunadamente, muchas están pudiendo solicitar las diferentes ayudas que se han activado desde las administraciones, pero todavía hay que no tienen acceso. En este caso, se los está ofreciendo apoyo desde los servicios sociales. Hay que tener en cuenta, además, que muchas de estas familias nunca habían necesitado acceder a estos servicios, porque, a pesar de que no siempre con la misma fortuna, habían conseguido sacar adelante sus casas.

También estoy viendo como muchas familias, que ya antes de la actual crisis sanitaria se encontraban en una situación de vulnerabilidad, están todavía en un momento más precario como consecuencia de la pandemia. De hecho, ayer recibí un correo con una declaración del Comité Europeo Económico y Social de la Unión Europea avisando de la necesidad de estar alerta sobre el empeoramiento de las condiciones del Pueblo Gitano durante la pandemia, y haciendo un llamamiento a la actuación de la propia Comisión Europea.

Pero os tengo que decir que también estoy viendo como muchas persones gitanas, que hace unos años se dedicaban a trabajos muy duros y precarios, o incluso no tenían trabajo, actualmente, no están sufriendo con tanta dureza los efectos sociales y económicos tan terribles que está ocasionando esta crisis sanitaria. Y no han recibido un golpe tanto duro, porque afortunadamente decidieron empezar un proceso formativo. Apostaron por la educación. Decidieron formarse. Todo y ya ser adultos. Todo y ya tener hijos e hijas. A pesar de haber dejado la escuela siendo muy jóvenes. Estas personas, gracias a tener un trabajo remunerado, conseguido en la mayoría de ocasiones por haber obtenido una titulación académica o por estar cursado estudios postobligatorios, como la universidad, no están sufriendo el mismo impacto económico que una parte importante del Pueblo Gitano. Y la clave, en la gran mayoría de casos, ha sido la educación.

Y aquí viene mi deseo. Mi consejo. Esta pandemia nos ha demostrado que el grupo más vulnerable son los que menos acceso tienen a la educación, y serán siempre los que más sufrirán ante cualquier crisis. Por eso, os animo y os pido, como amigo, que os forméis. No importa vuestra edad. Ni vuestra situación. Ni cuando dejasteis la escuela. Formaos. Luchad para obtener el graduado escolar, un ciclo formativo, un grado universitario, un doctorado. Luchad. Y luchad para que vuestros niños y niñas no abandonen los estudios. Sé que no lo tenéis fácil.

Que esta sociedad no os lo pone fácil. Que sufrís mucha discriminación en muchas áreas de la vida. Pero vosotros luchad, porque mi promesa es que yo lucharé con vosotros. Yo y mi equipo del Plan Integral del Pueblo Gitano, y a buen seguro también lo harán muchas organizaciones gitanas. Todos y todas os daremos nuestro apoyo y nos esforzaremos y trabajaremos incansablemente para conseguir que vuestras condiciones sociales, vuestras vidas, vuestro futuro, sea un éxito. Esta es mi promesa, antes, ahora y después de la pandemia.

Ojalá que tu lucha sea la educación.

Un abrazo muy fuerte de vuestro amigo.

Verdad incómoda

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Estamos asistiendo a una masacre de nuestros mayores en soledad aun mereciendo, no ya un entierro digno, sino homenajes en su adiós porque fueron los bastiones de la construcción de la sociedad del bienestar. Y escribir sobre ello no solo da repelús, sino que el que escribe busca con delicadeza las palabras idóneas para no herir sentimientos. Porque si no, no intentaría ser escritor, es decir, trasmisor de buenas intenciones, sino un vulgar interesado, no de la política, que es preciosa, sino del interés electoral; o sea, un desalmado.

Pero uno no puede dejar de escribir aun a riesgo de ser mal interpretado cuando lo que persigue es que se aprenda de los errores: los mayores que se nos han ido por coronavirus no lucharon para donarnos ansia de tecnología, de querer a ser dioses con internet, de tener todo a mano sin esfuerzo. Por supuesto que no. Lo primero para ellos no era el dinero, ni la tecnología, ni las comodidades. Ni tan siquiera la cultura. Era el sacrificio y la devoción por la familia, que por eso se dejaron el alma y la piel en sus trabajos. Eso de la independencia del individuo no les venía a cuento cuando se vive por y para los que amas. Nunca confundieron la amplitud de la libertad con el derecho a no cumplir con la palabra dada. Para ellos luchar por los suyos era sagrado.

Es cierto que tenemos cosas buenas, muchas y eso también se está viendo con la solidaridad y el compromiso social. Pero de poco vale porque hemos dejado de lado la primera piedra de la civilización como es la unión familiar. Y me da igual cómo sean los miembros de la familia porque en verdad lo que la define no es su modo sino su unión. La mayoría de fallecidos son personas mayores que se encontraban en residencias alejadas de su núcleo familiar. Miren, yo no dudo que hay ancianos que estaban ahí porque no tenían descendencia, o porque su descendencia creía que ahí estaban mejor, o por imposibilidad de ser atendidos por sus seres queridos. O incluso los había que eligieron estar ahí por pena de que murió su cónyuge o hicieron el papel de elegirlo por no dar que hacer. Vale. Pero estoy seguro que otros, demasiados, estaban ahí por rechazo de lo que significa la palabra familia, o sea, por degradación humana.

Y ello ha tenido una fatal consecuencia directa porque como el virus se ceba con las personas mayores y las residencias estaban a rebosar, el contagio ha sido facilísimo; a río revuelto ganancia de pescadores. Si esos ancianos hubieran estado junto a sus descendientes hubieran tenido una oportunidad o en todo caso hubieran aceptado la ley suprema con olor a cariño y no a soledad. Porque la triste verdad es que muchos de ellos y ellas ya estaban solos antes de enfermar.

La asociación gitana Orchirí de Albox reparte mascarillas entre los vecinos

Dos jóvenes con las mascarillas donadas por Orchirí / D.A. (Almería)

Gracias a la donación de alrededor de un centenar de mascarillas por parte de mujeres agrupadas en el Banco de Libros de Tíjola, la Asociación gitana Orchirí de Albox ha podido repartir entre adultos y niños del barrio Alto y San Juan de esta localidad, este elemento fundamental para la protección de las personas.

Un gesto importante y altruista por parte de estos dos colectivos, que en breve repartirán otra partida de mascarillas, sobre todo entre los niños para cuando éstos puedan salir unas horas a la calle.

Desde la Asociación Orchirí han querido destacar el gesto altruista y desinteresado de más de 35 mujeres tijoleñas, que han permitido que parte de este colectivo tenga acceso a mascarillas como elemento de protección ante posibles contagios.

A la espera de una nueva partida para continuar el reparto, un número importante de personas ya cuentan con su primera mascarilla producto de la solidaridad entre distintos grupos de personas.

Leer más: https://www.diariodealmeria.es/provincia/Asociacion-Orchiri-Albox-reparte-mascarillas_0_1458154621.html

El Ayuntamiento de Quiroga se ocupa de alimentar a la comunidad gitana

Entrega de alimentos a los habitantes del núcleo de Toucedo, donde viven ahora 76 personas / Cedida

El estado de alarma sanitaria ha obligado al Ayuntamiento de Quiroga a hacerse cargo del sostenimiento de la comunidad gitana que vive en el poblado de Toucedo, en el entorno de la capital del municipio. Todas las semanas, el personal municipal lleva alimentos y otros productos de primera necesidad al asentamiento, donde viven 73 adultos y tres niños pequeños. “La principal fuente de ingresos de estas personas es la venta en mercadillos, que ahora están cerrados, y aunque casi todos están percibiendo el risga, no les alcanza ni de lejos para cubrir sus necesidades”, explica el alcalde Julio Álvarez.

La adquisición de los alimentos y demás productos que son entregados semanalmente a los habitantes del poblado de Toucedo corre a cargo del Ayuntamiento, que hasta ahora -según indican los responsables municipales- ha utilizado solamente fondos propios para cubrir los gastos. “La única ayuda externa con la que estamos contando en estos momentos es del banco de alimentos de Lugo, que nos ha proporcionado en torno al 10% de los productos que reciben estas personas”, señala el regidor. “Es una ayuda importante que agradecemos mucho, pero no es suficiente para hacer frente a este problema”, agrega.

Productos que son seleccionados para garantizar una alimentación saludable

Dado que la comunidad gitana del poblado de Toucedo depende ahora por completo del Ayuntamiento de Quiroga para conseguir alimentos, según explica el alcalde, los responsables municipales se han preocupado especialmente de que estas personas tengan acceso no solo a una cantidad suficiente de víveres sino también a una dieta saludable y variada. “Es complicado, porque hay que tener en cuenta que se trata de un grupo numeroso en el que hay personas de todas las edades, desde gente mayor hasta bebés, y cada grupo de edad necesita una alimentación específica”, dice Julio Álvarez.

El alcalde dice además que él mismo se encarga de supervisar los lotes de alimentos que se entregan cada semana a las familias que viven en el núcleo de Toucedo. “Ponemos mucho cuidado en que los alimentos contengan las cantidades adecuadas de proteínas, hidratos de carbono, vitaminas y demás elementos que aseguren una alimentación saludable”, dice. “Además, tenemos que tener en cuenta que entre estas personas hay algunos niños muy pequeños que necesitan alimentos adecuados a su edad, y que no solo se necesitan alimentos básicos sino también otros productos como café o chocolate”, agrega. “Todo esto supone un gasto considerable que el Ayuntamiento está teniendo que asumir sin ayuda”, concluye el regidor.

Leer más: https://www.lavozdegalicia.es/noticia/lemos/2020/04/22/ayuntamiento-quiroga-ocupa-alimentar-comunidad-gitana/0003_202004M22C3991.htm

La Hermandad de Los Gitanos entrega alimentos a más de cien familias del Polígono Sur

La Hermandad de los Gitanos entrega alimentos a más de cien familias del Polígono Sur / M. G.

La Hermandad de Los Gitanos de Sevilla ha puesto en marcha una campaña denominada ‘Cofradía solidaria’ con la que se ha formado un único tramo simbólico de nazarenos abierto a todos, sean hermanos o no. Los miembros de este tramo han sacado su papeleta de sitio y han aportado un donativo voluntario, con lo que se ha podido acudir en ayuda de familias del Polígono Sur de Sevilla necesitadas de alimentos.

El plazo para formar parte de este tramo solidario terminó el pasado Domingo de Resurrección y en el día de hoy se ha comenzado el reparto de lotes de comida a más de cien familias de una zona de la capital andaluza en la que la hermandad está presente con varias iniciativas solidarias y formativas.

Como se destaca en la página web de la corporación de la Madrugada sevillana, a pesar de la tristeza por no haber podido realizar la estación de penitencia, “hay algo que en la Hermandad de Los Gitanos nos preocupa muchísimo más, y es que, esta crisis sanitaria, también es una crisis económica, afectando a familias enteras que si anteriormente vivían en situación de vulnerabilidad por los escasos recursos económicos, ahora han visto reducido a nada o casi nada los mismos”.

«Agradeciendo de antemano todas las colaboraciones mencionadas, pues gracias a estos donativos vamos a suplir muchas de las carencias alimentarias que están derivando de la crisis económica y sanitaria provocada por la pandemia del Covid-19», resalta la hermandad.

Leer más: https://www.diariodesevilla.es/semana_santa/Hermandad-Gitanos-alimentos-familias-Poligono-Sur_0_1456054607.html

Desmantelan una plantación de marihuana en un piso okupado en Palma

Policías reventando la puerta de entrada del inmueble ocupado donde se cultivaba la droga. 21-04-2020 / A. Sepúlveda

Los okupas eran un grupo de personas (Aquí el periodista podría haber dicho “gitanas”, pero no lo hizo. ¡Bien!) dedicada a la venta, cultivo y distribución de marihuana.

El fuerte olor que desprendían las plantas, los ruidos, amenazas y los problemas de convivencia generados por los nuevos moradores del piso okupa (Aquí el periodista También podría haber dicho “gitanas”, pero no lo hizo. ¡Bien!) habían disparado las quejas vecinales.

Desde hace años, los cuerpos policiales tienen constancia de que ‘Los Pelúos’ se adueñan de forma sistemática de viviendas de personas desahuciadas por los bancos, para posteriormente ocuparlos. Se trata de un grupo de ciudadanos de nacionalidad española y etnia gitana (Al final, desgraciadamente, lo dijo) que, la mayoría de las veces, usurpan las viviendas mediante la técnica del ‘patadón’.

¿Por qué el periodista, J. Bastida, tuvo que decir “de etnia gitana” cuando ese dato, innecesario para el conjunto de la noticia, viola lo que los códigos deontológicos de la inmensa mayoría de los medios de comunicación establecen? Si esos gitanos fueran oriundos de Barcelona, de Sevilla o de Euskadi, ¿Habría escrito “de nacionalidad y etnia catalana? ¿O de nacionalidad y etnia andaluza? ¿O de nacionalidad y etnia vasca? Seguramente no

Llueve sobre mojado. Mal lo estamos pasando estos días en que caen sobre nosotros todos los tópicos racistas de siempre. El maldito “Coronavirus” nos está azotando de forma inmisericorde y por si nos faltaba algo, un gitano insensato se ha permitido hacer una broma de mal gusto que añade más barro y mala imagen a nuestra gente.

Leer más: https://www.ultimahora.es/sucesos/ultimas/2020/04/25/1159931/desmantelan-plantacion-del-clan-peluos-piso-okupado-palma.html

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