El programa ‘Animando a la Lectura’ de Unión Romaní, que
alcanza este curso escolar su novena edición desde que iniciara su andadura en
2011, continúa un año más promoviendo el hábito lector entre niños y niñas en situación
de riesgo o exclusión social de varias partes de España, en colaboración con
distintos centros educativos ubicados en zonas y barrios desfavorecidos y con
la financiación de la Dirección general del Libro y Fomento de la Lectura,
perteneciente al Ministerio de Cultura y Deporte.
En todo este tiempo han pasado por él un total de 7.973
menores, gitanos y no gitanos, con edades comprendidas entre los 3 y los 16
años, residentes en doce ciudades diferentes y tres autonomías. En concreto,
Córdoba, Sevilla, Alcalá del Río, Dos Hermanas, San Juan de Aznalfarache,
Camas, Coria del Río, Burgos, Huelva, Cerro del Andévalo, Don Benito y León han
sido las ciudades donde se ha desarrollado o se desarrolla actualmente el
programa.
Además, 461 familiares han participado en varias de las
acciones realizadas. El objetivo es promover la implicación de los progenitores
en la educación de sus hijos e hijas y que se conviertan a su vez en referentes
para ellos, compartiendo la práctica y el interés por la lectura. Pero aparte
de transmitir el entusiasmo por los libros, esta iniciativa busca desarrollar
las competencias lectoras de los menores, su comprensión escrita y el
incremento, por ende, de su rendimiento académico, combatiendo el fracaso
escolar.
Para ello, se han llevado a cabo actividades y talleres
lúdicos que, atendiendo a la edad de los participantes, comprenden desde su
contacto inicial con cuentos y libros, hasta la realización de propuestas
creativas en torno a la lectura, la redacción, la oralidad y otras formas de
expresión, de manera que la conciban como una alternativa de ocio. Una adecuada práctica lectora conlleva, de
manera implícita, entre otros, el incremento de la fluidez verbal y del
vocabulario, la adquisición de habilidades y hábitos de concentración y
disciplina, y la estimulación de la imaginación y la creatividad.
Dado que el programa se desarrolla en centros escolares de
zonas especialmente vulnerables, la lectura se concibe además como una
oportunidad para romper las barreras de exclusión, sobre todo en el caso de
niños y niñas que se hallan en situación de desventaja socioeducativa y con un
desfase curricular significativo.
Los contenidos de las acciones se han adaptado a las
necesidades e intereses de los menores, respetando su ritmo de aprendizaje,
edades, nivel lector y madurativo, y partiendo siempre de los conocimientos
previos.
Por tanto, con las
niñas y niños de Educación Infantil se han desarrollado acciones relacionadas
con juegos y cuentos, dado el potencial educativo de éstos y la contribución al
impulso de las capacidades cognitivas, lingüísticas y afectivas. Mientras, con
las chicas y chicos de Educación Primaria se ha potenciado el gusto y el deseo
por aprender a través de los textos, incidiendo en la lectura comprensiva y
utilizando para ello diferentes propuestas creativas en torno al libro, la
lectura, la escritura, la narración y la expresión oral.
Actualmente el
programa se está ejecutando en el CEI Hogar de la Esperanza de León; los CEIP
Donoso Cortés, de Don Benito (Badajoz), Hermanos Machado, de Sevilla, Andalucía
y Onuba, de Huelva, e Ibarburu, de Dos Hermanas (Sevilla); y el CEEE Virgen de
la Esperanza, ubicado también en Sevilla. Dichos
centros educativos se localizan en áreas desfavorecidas y/o cuentan con un
elevado porcentaje de alumnado, sobre todo comunidad gitana e inmigrante, que
se encuentra en situación de exclusión y vulnerabilidad social. En el CEEE
Virgen de la Esperanza se atiende además a menores que presentan diferentes
tipos de discapacidad (síndrome down, trastorno de conducta, espectro autista…)
procedentes de diversas zonas.
Todos se hallan en
lugares con un elevado porcentaje de viviendas sociales y en muy mal estado de
conservación, siendo uno de los principales problemas el hecho de que las
familias viven hacinadas en un reducido espacio. Encontramos también índices de
desempleo bastante altos, ya que estas personas desempeñan su actividad laboral
en la economía sumergida o trabajan esporádicamente como peones agrícolas, de
construcción, etc., siendo muy elevado el número de familias que se sustenta
con cualquier tipo de ayuda pública.
Estas
circunstancias inciden negativamente en la implicación de las familias en el
proceso educativo de sus hijos e hijas y suponen un impacto en la estimulación
y desarrollo de estos menores, más si cabe, si tenemos en cuenta que un gran
número de padres y madres no saben leer ni escribir, dificultando que adquieran
las competencias necesarias para que favorezcan su hábito lector.