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La primera mujer gitana licenciada en Derecho de Valladolid irá en las listas del PSOE para las próximas elecciones municipales

Carmen Jiménez se presenta como candidata en la sede del Grupo Municipal Socialista junto al alcalde, Óscar Puente / José María Francisco

El alcalde de Valladolid, Óscar Puente, ha fichado para la lista con la que concurrirá a las próximas elecciones municipales a Carmen Jiménez, la primera mujer gitana licenciada en Derecho de Valladolid, que ocupará el puesto número 8 de la lista.

Enemiga de las ‘generalizaciones’ sobre la población gitana, la nueva integrante de la lista como independiente, ha explicado que, aunque nunca ha participado en política y cuenta con un escaso recorrido como activista social, toda su vida ha sido una lucha para superar los estigmas que aún no se ha sacudido el pueblo gitano.

‘Fue mi abuelo el que dijo que, si la niña vale, que siga estudiando y luego ya me apoyó toda mi familia’, ha reconocido en su primera intervención reconociendo su nerviosismo y sus ganas de luchar por la igualdad y la no discriminación. ‘Soy mujer, gitana y de Valladolid y estoy muy orgullosa de ser mujer, de Valladolid y, por supuesto, de ser gitana’, ha indicado.

El alcalde, por su parte, ha asegurado que este es uno de los momentos más emocionantes de su vida política, ya que Carmen Jiménez representa los valores de la política que él defiende.

Cuando las metralletas vomitaban fuego en el Congreso de los Diputados

El momento en que Tejero disparó al cielo y mandó a todos los diputados al suelo / Cedida

Impresionante video del asalto al Congreso de los Diputados. El ruido de los tiros efectuados por el coronel Tejero y el retumbar de los disparos de las metralletas presagiaban una terrible tragedia mientras los Diputados buscaban refugio bajo sus escaños.

Acuchillado en Roma un niño gitano de 11 años

Dijana Pavlovic, Fiorello Lebbiati Miguel y otros miembros del colectivo ‘Rom e Sinti Uniti per l'Italia’ denuncian el auge del antigitanismo en su país / Cedida

La agresión se ha producido la semana pasada por el supuesto robo de setenta euros que, por cierto, la víctima no llevaba consigo. El agresor, un hombre italiano de 29 años, ha acuchillado al niño gritando frases contra los gitanos.

Este episodio es solo el último de una larga lista de crímenes de odio racial que están ocurriendo en Italia. Dichos episodios son el resultado de discursos y políticas cada vez más violentos y que ya no pueden ser tolerados. Esta normalización del odio racial y social no afecta solo a las comunidades más vulnerables como la gitana, la comunidad LGBT o los inmigrantes, sino todas las entidades que luchan contra las desigualdades sociales.

Para combatir este clima de violencia y para llamar la atención sobre el peligroso aumento del antigitanismo y de la violencia, el movimiento ‘Khetane rom e sinti per l’Italia’ ha convocado una huelga de hambre para el 26 de febrero.

A través de dicha protesta, el movimiento ‘Khetane rom e sinti per l’Italia’ quiere reclamar sus derechos. También pide que se valore la cultura gitana y que se respeten los valores de democracia y libertad de la Constitución italiana.

¡La lucha contra la discriminación es una lucha para la libertad de todos y hay que librarla juntos!

El 23F, sí, yo estaba allí

El general Gutiérrez Mellado, vicepresidente del Gobierno de Adolfo Suárez, se levantó de su escaño para interrogar a Tejero sobre lo que estaba pasando, ordenándole que depusiera las armas y algunos agentes lo cogieron para intentar tirarlo al suelo / Cedida
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Han pasado 38 años desde aquella terrible tarde del 23 de febrero de 1981 en que entrara en el Congreso de los Diputados, pistola en mano y seguido de 200 guardias civiles, el teniente coronel Antonio Tejero. Tantos años sitúa el acontecimiento muy lejos ya de la memoria colectiva. Ni siquiera tres de mis seis hijos, que ya habían nacido, pueden recordar nada porque eran muy pequeños. Solamente la gente que hoy cuenta con más de 50 años puede tener la capacidad personal necesaria para opinar con conocimiento de lo que ocurrió aquella lúgubre tarde en el Palacio de la Carrera de San Jerónimo. Pero yo, que sí estaba allí, puedo revivir en mis recuerdos, como transcurrieron las 18 horas que estuvimos secuestrados, pegados a los incomodos y duros escaños de entonces, hasta que, por fin, pudimos abandonar el Congreso.

La mayor parte de los ciudadanos de hoy en día tienen un conocimiento, hasta cierto punto novelado, de lo que pasó entonces. Por eso, cuando sale la conversación me suelen preguntar con cierto estupor.

― Pero ¿usted estaba allí dentro?

Y cuando digo que sí, que yo viví intensamente junto al resto de los diputados, aquel triste y peligroso acontecimiento, es natural que muchas personas digan: ¡cuéntanos, cuéntanos como fue! Hace dos años, cuando celebrábamos el 40 aniversario de las primeras elecciones democráticas celebradas en España, evoqué el intento de Golpe de Estado en un artículo publicado en la web de la Unión Romaní.

(En este enlace pueden leerlo quienes estén interesados)

Hoy permítanme que continúe con aquel relato refiriendo algunas vivencias absolutamente personales, al margen del análisis político que merece haber estado en el ojo del huracán cuando la tormenta amenazaba con llevar a este país a un baño de sangre, muerte y destrucción al que los españoles, por lo visto, somos tan aficionados a repetir cada cierto tiempo.

¡¡Todo el mundo al suelo!!

Las imágenes las conocemos. TVE dejó conectada una de sus cámaras y gracias a esto el mundo entero pudo ver como el militar golpista subía la escalinata de la tribuna de los oradores, con el revolver desenfundado. En ese momento el general Gutiérrez Mellado, vicepresidente del Gobierno de Adolfo Suárez, se levantó de su escaño para interrogar a Tejero sobre lo que estaba pasando, ordenándole que depusiera las armas. Fue, posiblemente, el momento de mayor peligro y, desde luego en el que yo me sentí más desconcertado. Un grupo de miserables guardias agredieron al General Gutiérrez Mellado, de 69 años, intentando derribarle. Cosa que no lograron. Y en ese dramático momento fue cuando Tejero pronunció la conocida orden: “¡Todo el mundo al suelo!”  Y empezó a descargar su revolver disparando no sabíamos contra quien. Esta acción animó a otros guardias, estratégicamente situados a secundar a su jefe golpista disparando sus armas automáticas. ¡Al suelo, al suelo! Y todos nosotros, sin saber aún que estaba pasando, nos arrojamos a un suelo que difícilmente podía acogernos.

El momento en que Tejero disparó al cielo y mandó a todos los diputados al suelo / Cedida

Lo he contado en más de una ocasión. Hoy los diputados gozan de unas comodidades que nosotros no teníamos en aquella época. Entre otras, espacio para aprovechar el tiempo mientras transcurren las horas de desarrollo de los plenos. No teníamos escaño propiamente dicho. Lo que había era unos bancos de asiento continuo que adoptaban la forma del hemiciclo. De tal forma que ni siquiera había espacio para que no chocaran nuestras rodillas con el respaldar de los bancos de la fila delantera. Y, por supuesto, nadie podía salir de su asiento sin obligar a levantarse a los vecinos para dejar paso. En estas condiciones, pues, ¿cómo podíamos cumplir con la orden conminatoria de “¡todo el mundo al suelo!”, si no había suelo?

Amontonados, unos encima de otros

Así fue. Caímos como las fichas de dominó que, puestas verticalmente, se amontonan unas sobre otras cuando alguien empuja la primera de la fila. A mi derecha se sentaba mi amigo y compañero José Antonio Amate. Ambos éramos diputados por Almería y en aquella agobiante estrechez mi mejilla derecha cayó irremediablemente sobre una de sus nalgas (vamos, dicho vulgarmente culo). Fueron momentos dramáticos porque no sabía en qué momento una de aquellas balas podría entrarme por la espalda. Por cierto, y así se lo dije a mi compañero almeriense, nunca pensé que el trasero de un hombre estuviera tan duro.

Estuvimos en aquella posición unos minutos que se hicieron eternos, hasta que, por fin, nos autorizaron a ocupar nuestros asientos. Tres personas no se tiraron al suelo ni obedecieron las órdenes de Tejero. Fueron el presidente Suarez y el líder comunista Santiago Carrillo. Sin embargo, casi nadie dice que otro diputado permaneció sentado, sin inmutarse y con una evidente expresión de complacencia. Estaba en la última fila del hemiciclo y yo lo tenía perfectamente enfilado. Se trataba de Blas Piñar, el líder de Fuerza Nueva, la formación ultraderechista heredera de las esencias del franquismo.

Cuando la angustia te atenaza el alma

Otro de los momentos duro e inquietante fue cuando los guardias sacaron del salón de plenos al presidente del gobierno. Seguidamente se llevaron a Felipe González, a Alfonso Guerra, al ministro de Defensa, Agustín Rodriguez Sahagún y al general Gutierrez Mellado. Puede parecer una exageración, pero situados en el momento preciso en que se dio el golpe, más de uno de nosotros imaginó que los golpistas se habían llevado del edificio del Congreso a aquellos líderes para hacerlos desaparecer de forma definitiva. Y un escalofrío me sacudió por todo el cuerpo. Los diputados vascos se sentaban relativamente cerca de mi escaño por lo que supe que un guardia civil se acercó a ellos y les dijo: ‘Ya nos hemos llevado a los cabecillas. Primero ellos y luego vosotros’.

Durante las primeras horas de incertidumbre no podía dejar de pensar en mis hijos. Tan pequeños, tan inocentes…

Prender fuego al hemiciclo con todos nosotros dentro

La orden la dio tajantemente el coronel golpista: ‘¡Guardias, pónganse en las puertas del hemiciclo y si alguien se les acerca, al primer roce abran fuego’! En la mente enferma de aquel energúmeno estaba impedir que ninguno de nosotros intentara salir del salón. Cosa que hubiéramos hecho si se hubiera consumado su terrible amenaza.

Alguien debió advertirle de que en exterior del Congreso se estaban organizando grupos de policías, guardias civiles y militares contrarios al golpe y que se disponían a librarnos del secuestro a que estábamos sometidos. En algún momento los focos de luces de la sala parpadearon lo que pareció un síntoma de que desde fuera podrían cortar la luz. A lo que Tejero ordenó que se extrajera la paja seca del interior de las sillas que utilizan las estenotipistas y la colocaran sobre la mesa central que hay frente a la tribuna. Y ordenó que se le prendería fuego si fallaba la luz eléctrica.

¿Imaginan qué masacre se habría producido? ¿El interior del Salón de Plenos ardiendo como una yesca con nosotros dentro intentando huir de las llamas, mientras los guardias hacían escupir fuego con sus metralletas a quienes llegásemos a las puertas? Gracias a Dios alguien debió advertir del peligro que corríamos y las fuerzas que se preparaban para liberarnos optaron por no cortar la luz eléctrica.

Lo que pasaba en los lavabos

Tantas horas sentados nos impulsaban a levantarnos aunque solo fuera para estirar las piernas. Pero los guardias no nos dejaban. Como tampoco permitían que hablásemos entre nosotros. Solo nos quedaba la salida de pedir permiso para ir a los lavabos. El guardia que controlaba el sector donde yo estaba era quien autorizaba, uno a uno, el abandono del salón para ir al servicio más cercano. Sobre las cinco de la madrugada le pedí permiso. Me dijo que me esperara y me lo dio como una media hora después. Más tarde supe de dos diputados que no pudieron aguantar tanto tiempo se orinaron en los pantalones. Pobrecillos. Ya no están entre nosotros.

Así que, por fin, pude ir al servicio y me encontré con la siguiente escena. En la puerta había un guardia y en el interior del lavabo otro con la metralleta en posición de disparo. Imaginen que duro es abrirte la bragueta sabiendo que detrás de ti hay un tío que te está apuntando con un arma. Simultáneamente hacíamos uso de los mingitorios cuatro o cinco personas. Y en aquel momento estaba orinando mi entrañable amigo Rafael Escuredo Rodriguez que fue presidente de la Junta y con quien compartí tantas inquietudes e ilusiones por lograr que Andalucía dejara de ser la Cenicienta de España. Fui testigo de este diálogo.

  ― Oiga guardia ―dijo Rafel al militar que tenía detrás de si― ¿Por qué están ustedes haciendo esta barbaridad? Están ustedes violentando la voluntad del pueblo. Ustedes que sois pueblo. ¿Cómo podéis atacar a vuestra propia gente?

   ― Por favor, Don Rafael. Cállese, cállese, que me busca usted una ruina.

Yo había terminado de orinar, pero no me moví del sitio. Quería ver como terminaba aquello porque Rafael, envalentonado, continuó diciendo.

   ― Pues márchense. Ustedes habéis venido aquí engañados ¿verdad? ¿Queréis que España vuelva a sufrir una guerra como la que padecieron tus padres y los míos?

Al guardia le temblaban las manos. Yo tenía clavada la mirada en la metralleta que apuntaba a Rafael. Y en ese momento, gracias a Dios, el guardia de la puerta del lavabo que oyó las voces del interior entró decidido y nos conminó a salir.

   ― ¡Ea, se acabó! ¡Todo el mundo fuera! Aquí no se mea más. Cada uno a su asiento y en silencio. ¿Entendido? Y si no, ésta se mueve. ―dijo mientras balanceaba amenazadoramente su metralleta.

Y nos fuimos a nuestros escaños donde siguieron pasando cosas que contaré otro día porque, una vez más, se me acabó el espacio.

Los amigos de ‘El Lebrijano’ le rinden homenaje en la gala homenaje ‘Un gitano universal’

Cartel del acto de homenaje que le han preparado sus amigos al cantaor ‘El Lebrijano’ / Cedida

El próximo viernes 8 de marzo, a las 21:00 horas, el Cartuja Center acogerá la Gala ‘Un gitano universal Homenaje a Juan Peña El Lebrijano’, cuando se cumplen tres años del fallecimiento de este grande del flamenco. Los fondos recaudados irán destinados a crear la Fundación Juan Peña ‘El Lebrijano, un Gitano Universal’, para la protección y proyección de su Legado.

Juan Peña Fernández ‘El Lebrijano’ ha sido una de las figuras más destacadas de la historia del flamenco, innovador y pionero en muchos aspectos. Comenzó muy joven con el cante y la guitarra, hasta que decidió ser cantaor en 1964. Con su obra ‘La palabra de Dios a un gitano’ llevó por primera vez el mundo sinfónico al flamenco y fue el primer cantaor que llevó el flamenco al Teatro Real de Madrid. A lo largo de su trayectoria, El Lebrijano ha trabajado con otros grandes, como David Peña ‘Dorantes’, Antonio Gades o Manolo Sanlucar y ha sido galardonado con el Premio Nacional de Cante en 1979, y la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo por el Ministerio de Cultura en 1997.

‘Un Gitano Universal ‘será un repaso por la discografía más relevante de El Lebrijano, con la participación de la Orquesta Andalusí. Cada artista invitado interpretará un tema de Juan Peña y el espectáculo contará con algunas sorpresas, como la dedicatoria de Dorantes, con una pieza compuesta esencialmente para la ocasión; o la participación de la bailaora Pastora Galván, bailando la Santa, de Gabriel García Márquez, quien ya destacó del artista que ‘cuando El Lebrijano canta se moja el agua’.

Asimismo, este recuerdo contará con la participación de muchos compañeros y amigos, como son, Pepe de Lucía, José de La Tomasa, El Pele, Inés Bacán, Diego Carrasco, Tomás Perrate, Esperanza Fernández, Macanita, Pedro El Granaíno, María Peña, José Valencia, Diana Navarro, Anabel Valencia, David de María, Nolasco y Fran Fernández. Así como, las guitarras de Paco Cepero, Pedro María Peña, Antonio Montoya y Antonio Malena.

Bajo el título ‘Un Gitano Universal’, y la Dirección Artística de Ana Belén Peña, hija de El Lebrijano, el espectáculo en su recuerdo será presentado por el crítico de Flamenco, Manuel Martín Martín y contará con la Dirección Musical de Juan Reina.

Prohibido leer en la tribuna del Congreso de los Diputados

El Congreso de los Diputados (EFE/J. J. Guillén)
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Lo que les voy a contar forma parte de mis recuerdos más señalados de la maravillosa etapa que me tocó vivir como diputado constituyente tras las primeras elecciones democráticas celebradas en España en el año 1977. Para mí, como para la mayoría de quienes integrábamos el Pleno del Congreso, todo era nuevo. Tan solo quienes habían sido procuradores en las Cortes franquistas se movían por el palacio como Mateo por su casa. Éramos conscientes de que la Providencia, las circunstancias, la suerte o el destino nos había reservado un humilde, pero no por ello menos importante, papel en la historia de nuestro país. Y yo lo había interiorizado. Tratar de cerca a quienes hasta pocos días antes solo los veía en la pantalla de la televisión en blanco y negro, en la única cadena existente, TVE, me parecía un sueño.

Aun así, el clima humano que se respiraba entre todos nosotros era muy esperanzador. Impactaba ver a Santiago Carrillo, jefe supremo de los comunistas españoles, por citar a quien posiblemente encarnaba la imagen más antagónica del régimen franquista, conversando o tomándose un café, con toda naturalidad, con Fraga Iribarne, quien hasta la llegada de Adolfo Suarez a la presidencia del Gobierno había sido ministro de la Gobernación, a las órdenes de Arias Navarro, es decir, máxima autoridad de la policía y la Guardia Civil. Fraga tuvo que lidiar con gravísimos desórdenes públicos, cinco muertos por la policía en Vitoria o la tragedia de Montejurra, donde la extrema derecha provocó el terror y la muerte, lo que le llevó a pronunciar la conocida frase ‘la calle es mía’.

Pues, a pesar de todo se palpaba la esperanza de que seriamos capaces de sentar las bases sobre las que construir en nuestro país un clima de convivencia donde cada uno pudiera defender sus ideas con el uso mágico y poderoso de la palabra.

¿Cuál fue la primera Ley de la democracia?

Fácilmente deducible: la que había de establecer el reglamento de la Cámara. El reglamento era, y sigue siendo, como el manual de instrucciones que nos permite montar un mueble, sacar partido al aparato de electrónica que acabamos de comprar, o conocer cómo solucionar cualquier avería de nuestro coche. Sin reglamento el Congreso de los Diputados no podría funcionar. Votar el reglamento y contribuir a su redacción para mí era una misión apasionante.

Hasta que llegó el día de su discusión y votación en el Pleno. Fue el 13 de octubre de 1977. La Comisión creada para redactar el texto había terminado su trabajo. Los 143 artículos más las disposiciones finales y las transitorias obligaron a los redactores a hacer un trabajo laborioso, aunque, justo es reconocerlo, tenían un buen patrón del que copiar: el reglamento del Congreso de los Diputados establecido por la Segunda República Española en 1931 y modificado definitivamente el 29 de noviembre de 1934.

Primeros asesinatos de ETA en democracia

El pleno del 13 de octubre de 1977 fue muy sobrecogedor. Don Fernando Álvarez de Miranda, primer presidente de la Cámara Baja, dio comienzo a la sesión dándonos la triste noticia de que habían sido asesinados el presidente de la Diputación de Vizcaya y los dos guardias civiles de su escolta. Fueron las primeras víctimas de ETA de las que se nos dio conocimiento en democracia. Una ráfaga de aire dolorido recorrió el hemiciclo de punta a punta. El ambiente se podía cortar con un cuchillo. ¡No puede ser!, nos decíamos en nuestro interior. Ya vivimos en democracia, el franquismo ha sido apartado de nuestras instituciones. ¿Por qué, Señor, por qué han de seguir matando? ¡Que poco podíamos imaginar que la lista seguiría creciendo y creciendo hasta llegar a los 864 muertos en más de 7.000 atentados!

Pero para mí aún quedaba otra triste noticia por digerir. En ese mismo pleno se nos comunicó que había fallecido José Espinet Chancho, miembro de la candidatura de UCD por Barcelona. Muy buena persona con quien mantuve una cordial y respetuosa amistad. Espinet fue el primer diputado fallecido en democracia durante su mandato.

Ese día también recibió una puñalada mortal el verdadero parlamentarismo

Así lo pensé yo y conmigo la mitad de los diputados presentes en la Cámara. El artículo 57 del reglamento decía textualmente: ‘Los Diputados, en sus intervenciones, sólo podrán leer cifras, citas textuales o aquellos datos que, usualmente, no se confían a la memoria’. Es decir, que se pretendía que continuara vigente el mandato republicano que prohibía a los intervinientes martirizar a los parlamentarios leyendo largos discursos que algunas veces, créanme porque lo he vivido por experiencia, duermen a las ovejas.  Durante algún tiempo aguantábamos estoicamente ver subir a la tribuna a algún diputado portando un buen manojo de folios, momento en que se producía la desbandada y el hemiciclo quedaba casi vacío. Alguna de Sus Señorías tenía la virtud de provocar en los oyentes lo que en circunstancias habituales ocasiona haber bebido mucho líquido o padecer una hiperplasia prostática: salir corriendo al lavabo para hacer ‘pipí’.

La elocuencia es un don que se tiene o no se tiene. La oratoria, por el contrario, es un arte que tiene sus reglas y que hay que saber administrarlas. No todo el mundo puede ser un gran orador porque, entre otras cosas el arte de la oratoria se cultiva y se valora en el ejercicio de la libertad. Hay quien sostiene que el primer pueblo que pasó a ser un pueblo libre fueron los griegos porque ellos contaron con grandes oradores. Los políticos, por lo tanto, no tienen por qué ser grandes oradores. Sí deben ser, condición indispensable, personas elocuentes. El profesor peruano Grègor Díaz define la elocuencia como ‘una facultad, mediante la cual, valiéndose de la palabra, el hombre convence, persuade y deleita’. El parlamentarismo español ha dado grandes políticos, excelentes comunicadores que aún sin ser destacados oradores sí han sido sumamente elocuentes a la hora de exponer y defender sus ideas. Horacio decía ‘Cuando tengáis bien claro en la mente lo que queréis decir, las palabras vendrán espontáneas’.

Pero el 13 de octubre de 1977, don Heribert Barrera Costa, Secretario General de Esquerra Republicana de Cataluña y diputado como yo por Barcelona, le dio un rejón de muerte al parlamentarismo tradicional, decimonónico y republicano al defender una enmienda al artículo 57 del reglamento pidiendo la supresión del párrafo donde se establecía que los diputados no podían leer sus discursos. El resultado de la votación fue el siguiente: 153 votos favorables a la lectura de los discursos; 143 en contra; nueve abstenciones y un voto nulo. Es decir, la Cámara dividida exactamente por la mitad.

Aquel día pasaron a otra estancia de la historia el gran Pericles, sin duda el mejor orador de la historia, Aristóteles, maestro de la retórica, o Girolamo Savoranola que de vivir hoy pondría la Cámara en pie, como lo hacía en tiempos de Alejandro VI, con sus sermones en Florencia denunciando la ‘hoguera de vanidades’ de los políticos de entonces.

En España los líderes políticos son muy buenos parlamentarios

Parlamentarios que brillan con luz propia. Son personas elocuentes que tienen, sin duda alguna, algo que decir. Hago intencionadamente abstracción de los diputados de mi época donde abundaban, más que ahora, hombres y mujeres que eran verdaderos maestros de la palabra. Por citar algunos de los actuales quiero señalar a Pedro Sánchez que junto a Mariano Rajoy eran un poco ‘plastas’ cuando leían, pero que alcanzaban grandes dotes de elocuencia en las réplicas a sus adversarios. Es decir, cuando no tenían que leer. Pablo Casado, presidente del PP, y Albert Rivera, líder carismático de Ciudadanos, son dos diamantes en bruto a los que habría que someter a algún programa de reestructuración de sus grandes facultades. En Esquerra Republicana destaca Joan Tardá. Tampoco lee o lee muy poco. Sabe administrar muy bien las pausas y la entonación de la voz. En esto tal vez sea el mejor de todos. Y en Podemos ¿qué puedo decir? Tanto Pablo Iglesias como Irene Montero son dos volcanes de palabras que hace muy difícil, a veces, asimilar tantos mensajes como quieren transmitir.

Siempre he pensado que el día que el reglamento autorizó a los diputados la lectura de sus discursos se violaron algunos dogmas del mercado, de la libre competencia, de la productividad y hasta de la eficacia. Y si no, ¿para qué sirven las fotocopiadoras? Deposite cada interviniente una copia de su discurso en el casillero que cada uno tiene y éste ya se lo leerá en el momento oportuno. O que lo envíen por correo electrónico, o por WhatsApp o por cualquiera de los infinitos medios que la moderna tecnología pone al alcance de cualquiera.

¡Ah! Y un consejo para los que leen. Practiquen la lectura en su casa y háganlo ante un espejo. No permanezcan todo el tiempo con la mirada clavada en el papel. Es muy desagradable. Y cuando hagan una pausa acuérdense del lugar donde han interrumpido la lectura. De lo contrario pueden sufrir un accidente como el que le sucedió a un diputado cuando daba lectura a un complicado discurso presupuestario. Se perdió en un párrafo y nervioso se quedó atascado con una palabra sin terminar en su boca. Todos le mirábamos angustiados temiéndonos que le faltara el aire para respirar. Lo que provocó que el diputado asturiano Marcelo Palacios, médico de profesión que se sentaba a mi lado, (Almería y Asturias, por razones del alfabeto éramos vecinos de escaño) dijera alarmado y con voz potente:

-¡Por favor, que le extirpen la palabra al compañero!

Unión Romaní firma acuerdos con el SPA y la AP-APAL para mejorar el tratamiento informativo de la comunidad gitana

Unión Romaní ha firmado un convenio con el Sindicato de Periodistas de Andalucía (SPA) y otro con la Asociación de Periodistas-Asociación de la Prensa de Almería (AP-APAL) para mejorar el tratamiento informativo del pueblo gitano en los medios de comunicación andaluces y evitar la difusión de estereotipos.

En concreto, el acuerdo consiste en la difusión de una serie de recomendaciones a los periodistas para que las tengan en cuenta a la hora de abordar noticias sobre la comunidad romà (gitana) y ha sido rubricado por Juan de Dios Ramírez Heredia, presidente de Unión Romaní, Francisco Terrón Ibáñez, secretario general del SPA y José María Granados de Torres, presidente de AP-APAL Almería.

Entre ellas, destacan no mencionar el grupo étnico de los protagonistas, especialmente en informaciones que se desarrollan en contextos negativos, y evitar las simplificaciones o generalizaciones, ente otras. En total, ascienden a 17 las recomendaciones, seis generales y once de carácter particular.

Asimismo, Unión Romaní se pone a disposición de estas dos organizaciones para cualquier duda que pueda surgir a los profesionales en el ejercicio de su actividad, relacionada con el pueblo gitano.

Esta acción se enmarca dentro del Programa de Sensibilización y Erradicación de Conductas Antigitanas, financiado por la Consejería de Igualdad y Políticas Sociales de la Junta de Andalucía.

Talleres de alimentación saludable e higiene bucodental en San Juan de Aznalfarache para personas en riesgo de exclusión ¡Inscríbete!

El Centro de Salud Nuestra Señora de la Paz de San Juan de Aznalfarache (Sevilla) y la delegación del Instituto Romanò para Asuntos Sociales y Culturales en Andalucía, van a poner en marcha dos talleres dirigidos a hombres y mujeres que se encuentren en situación de vulnerabilidad o en riesgo de exclusión social.

El primero de ellos, titulado “La cesta de la compra”, tratará sobre alimentación y hábitos de vida saludables y será impartido por Juana Illanes Valenzuela, enfermera de la Unidad de Gestión Clínica, en la biblioteca municipal Mateo Alemán de la localidad (segunda planta). Está prevista su celebración el jueves 28 de marzo en horario de 11:00 a 13:00.

Mientras, el segundo, abordará cuestiones sobre higiene bucodental de la mano del odontólogo Rafael Montes. El lugar está aún por concretar, pero la fecha programada para su realización es el jueves 16 de mayo en el mismo horario que el anterior.

Las inscripciones están abiertas. Los interesados pueden dirigirse al centro de salud para apuntarse o bien contactar con Unión Romaní en el teléfono 955 490 571 o los correos ura.social2@gmail.com o uraorientacionlaboral@gmail.com.

El Museo Provincial de Huelva ofrece una muestra fotográfica de Pierre Gonnord sobre gitanos del Alentejo portugués hasta el 31 de marzo

Latitudes lleva de nuevo a Pierre Gonnord al Museo de Huelva. En el marco del Festival Internacional de Fotografía se expone Terra, una serie sobre gitanos del Alentejo portugués, que se encuentra en la misma sala, que acogió en la primera edición de la muestra fotográfica otra serie del fotógrafo francés sobre gitanos rumanos. Al igual que entonces, los visitantes quedaron ayer asombrados por el realismo de sus retratos.

El Museo de Huelva fue el escenario de la inauguración oficial de Latitudes, que celebra su décimo aniversario. Las instalaciones museísticas albergan, hasta el 31 de marzo, tres exposiciones de la muestra. Junto a la de Pierre Gonnord está Polar Heir, de Han Sungpil, en la que el fotógrafo coreano muestra sencillos paisajes, y la colectiva Women & Women.

El director del Festival Internacional de Fotografía, José Luis Ruiz, quiso en esta jornada inaugural rendirle un homenaje a la mujer y eligió para el acto la Sala Siglo XXI, donde se encuentra la muestra colectiva Women & Women, en la que participan Isabel Muñoz, Beatriz Moreno, Soledad Córdoba, Ouka Leele y Gabriela Grech con fotografías que tienen como protagonista a la mujer.

El acto contó con la presencia de la concejal de Cultura del Ayuntamiento de Huelva, Elena Tobar; la vicerrectora de Extensión Universitaria y Relaciones Institucionales de la Universidad de Huelva, Joaquina Castillo; el director de la sede de La Rábida de la Universidad Internacional de Andalucía, Agustín Galán y el secretario general de Latitudes 21, Martín Rodríguez Gamero.

También asistió el director general de la Fundación Atlantic Copper, Antonio de la Vega; el director de la Fundación Caja Rural del Sur, Emilio Ponce, e Inmaculada Vicente, de la Delegación Territorial de Cultura y Patrimonio Histórico.

Durante su intervención, Ruiz hizo un recorrido por los diez años de Latitudes, una década en la que se ha traído a Huelva “lo mejor de lo mejor en fotografía”.

Recordó la primera edición, “fue una sorpresa” para todos aquellos que visitaron las salas en las que se expusieron las imágenes, “y cuando el público vio las obras de Pierre Gonnord quedó extasiado”, de ahí que el trabajo del fotógrafo francés no podía faltar en el décimo aniversario del festival.

Tanto la primera serie como Terra gira en torno al pueblo gitano, “la etnia gitana tiene un atractivo especial para los fotógrafos”, apuntó el director del Festival Internacional de Fotografía, que señaló que su trabajo es “admirable”. Destacó “la perfección” de sus retratos y cómo capta la expresión del retratado. “Es como ver un Caravaggio”.

Ruiz agradeció el apoyo de los patrocinadores, colaboradores y benefactores, entre los que se encuentra Huelva Información, así como de galerías españolas y europeas que “han propiciado obras que dan calidad al festival”.

Comentó que durante esta década se han podido ver en Huelva fotografías de más de 230 fotógrafos españoles y extranjeros, en más de ochenta exposiciones. Explicó que esta muestra fotográfica surgió en la tertulia de un grupo de amigos, que pensaron que “había que hacer algo para darle más valor a la cultura en la ciudad”.

Recalcó que “la fotografía es algo universal” y que Latitudes “nació con ánimo de serun ámbito cultural interdisciplinar”, de hecho ha incluido ciclos de cine, música, literatura y conferencias.

Aparte, se abordó el aniversario del nacimiento de Miguel Hernández y el cincuentenario de Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez, y se concedieron Premios a la Excelencia Cultural a los directores de cine y teatro Carlos Saura y José Luis Gómez y a la actriz Nuria Espert. “Que esto no se pierda, que pasen las personas y el festival se mantenga”.

Silvia Agüero y Nicolas Jiménez lanzan un crowdfunding para publicar un libro que ayude a desmontar mitos sobre el Pueblo Gitano

La portada del libro que Agüero y Jiménez quieren publicar con ayuda de los mecenas / Cedida

‘Resistencias gitanas’ es un ensayo bibliográfico que pretende desmontar los mitos y estereotipos que se han construido en torno a la cultura gitana. La historia del Pueblo Gitano está llena de resistencia y lucha, ya que ha sido castigado en muchas ocasiones a lo largo de la historia, como en la Gran Redada del s. XVIII en la que 12.000 personas gitanas fueron encarceladas, o en el genocidio antigitano de la Alemania nazi. Para ello, Silvia Agüero y Nicolas Jiménez, autores del libro, han iniciado una campaña de crowdfunding en la web libros.com. Los mecenas pueden ayudar a editar el libro con diferentes recompensas.

El Pueblo Gitano es socialmente vulnerable: a día de hoy aún encuentra puertas cerradas en su vida dentro de la sociedad occidental. El relato histórico ha proyectado una imagen que no es la suya. Como consecuencia, el Pueblo Gitano vive bajo el estigma de una imagen negativa, presentándolos como culpables de su propia victimización.

A través de las historias personales de mujeres y hombres gitanos, Nicolás Jiménez y Silvia Agüero llevarán a cabo una revisión crítica de la historia de esta comunidad dando visibilidad a referentes del Pueblo Gitano cuyas aportaciones al acervo cultural son de relevancia universal. En Resistencias gitanas entenderemos que el primer paso para el cambio y la recuperación de la memoria histórica de los pueblos oprimidos es la puesta en valor de sus referentes y sus gentes. Todo desde la reivindicación de aquellas miradas y formas de vida que han sido tradicionalmente ocultadas y negadas.

Los autores

Silvia Agüero creció en una familia paya de ideología antigitana en el barrio de Vallecas, Madrid. Siempre supo que era hija de una persona gitana porque su familia paya no dejó de recriminárselo. Silvia pronto tomó conciencia de lo que suponía pertenecer al Pueblo Gitano, lo que la llevó a crear una asociación intercultural dirigida por personas gitanas, con el fin de promover la conciencia en un barrio gueto. Terminó los estudios obligatorios en un curso especial para adultos y hoy en día es autodidacta, contando con experiencia en la radio comunitaria Radio Vallecas. Con este bagaje, empezó a escribir artículos y actualmente forma parte del equipo de Pikara Magazine desde hace un año. Sus artículos están teniendo tal impacto que empieza a ser requerida por medios de comunicación generalista.

Nicolás Jiménez creció en el ambiente asociativo gitano español. Creció en el gueto de El pozo del tío Raimundo de Madrid. Tuvo una escolarización tardía, a los 11 años, que no le impidió culminar con éxito su licenciatura en Ciencias Políticas y Sociología en la Universidad Complutense. Ha sido profesor-lector de la asignatura «Gitanos de España. Historia y cultura» de la Universidad de Alcalá y es miembro de la Red de trabajo euroasiático de académicos gitanos. Ha trabajado para diferentes asociaciones y federaciones gitanas españolas, participando en diversos foros nacionales e internacionales. También ha publicado algunos artículos académicos en relación con la historia, cultura y lengua gitana.

Por qué apoyar el libro

La cultura gitana, o Rromipen, está presente en Europa, al menos, desde el s. XV. En España, el documento más antiguo que se conoce en referencia a la presencia gitana es un salvoconducto dado a Juan del Egipto Menor, fechado en Zaragoza en 1425. Es decir, su comunidad forma parte de nuestra historia más reciente y está presente en la sociedad española como uno de los pueblos más carismáticos, pero que también conforma una población en riesgo de exclusión social.

Por supuesto, son conocidas las aportaciones gitanas a la música como con el flamenco o la rumba catalana, pero no son sus únicas contribuciones. Por ejemplo, el romanó, el idioma gitano, ha aportado al español más de 200 gitanismos, palabras que conforman nuestra vida cotidiana como «chaval» o «mangante». También, en el mundo del espectáculo, ha dado grandes artistas en el circo como la familia Bouglione en Francia o la familia Orfei en Italia. En el ámbito cultural también hay personas gitanas presentes en el mundo del toreo como Cagancho o Joselito el Gallo, y grandes escritores, pintores y músicos se han inspirado en la cultura de este pueblo para crear sus obras maestras.

Todo este acervo histórico se manifiesta en Resistencias gitanas, poniendo en valor una cultura que no nos es para nada ajena. Este libro pretende gitanizar el mundo para contribuir a hacer de él un lugar donde las diversidades sean acogidas y valoradas, y donde todas las personas podamos sentirnos incluidas en nuestra diversidad y singularidad.

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