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El Centro Cultural la Bohemia de Castellón acoge una ópera gitana sobre el Papa Luna

El cantaor castellonense José Díaz Fosi protagoniza la representación / El Mundo

El Centro Cultural la Bohemia de Castellón acoge hoy viernes 25 de mayo, a las 19.30 horas, la ‘Ópera gitana: El Papa Luna, la voz de un rebelde’, dirigida por Vicent Melià, una obra que se representa en el mes en el que se conmemoran los 595 años de la muerte del ‘indomable Papa del Mar’. El reconocido cantaor castellonense José Díaz Fosi, junto con un bailaor y cinco músicos gitanos del Grupo de San Lorenzo de Castellón, regalarán la potencia de su voz y la espontaneidad de su creación, al “Rebelde” más popular y a la vez más desconocido de nuestra historia.

Por primera vez en la historia cultural se interpretarán musicalmente textos del enigmático Papa Luna basados en el libro de “las Consolaciones de la Vida Humana” atribuido a Benedicto XIII y que datan del siglo XV. Además, también adquirirán voz un conjunto de letras derivadas del análisis psicológico de la personalidad de este enigmático personaje, trabajo realizado por Vicente Meliá Bomboí. Lo que resulta más innovador de este evento cultural es que estos textos nacerán del grito desgarrador del Pueblo Gitano, un pueblo acosado durante siglos, puesto que, según afirma Vicente Meliá, “sólo la voz de los perseguidos y acosados puede reflejar la fuerza de las palabras de este antipapa, de este rebelde que no doblegó sus rodillas ni agachó su cabeza ante emperadores ni ante reyes”.

Juan Vázquez y Ángel Jiménez, primeros karatecas gitanos con cinturón negro

Juan y Ángel, primero y quinto por la izquierda, en la recepción en la alcaldía (Toni Gudiel; El Periódico de Extremadura)

Juan Vázquez Vargas y Ángel Jiménez Silva, de 53 y 54 años, respectivamente, ambos vecinos de Plasencia (Cáceres), se han convertido en los primeros deportistas de etnia gitana en conseguir el cinturón negro de kárate, tras cinco años de “duro” entrenamiento.

Juan y Ángel, acompañados por su entrenador, Antonio Martín, del gimnasio Shotokan Ryu, y del presidente de la Federación Extremeña de Kárate, Daniel Timón, han sido recibidos por el alcalde de la capital del Jerte, Fernando Pizarro, que ha puesto de manifiesto la “agradable sorpresa” que le han dado estos dos conocidos vecinos.

Daniel Timón ha señalado que lo conseguido por los dos deportistas es realmente un hecho histórico “ya que son los primeros gitanos en conseguir un cinturón negro en Extremadura y, seguramente, en toda España”.

En este sentido, ha asegurado que resulta un “orgullo tremendo” que dos deportistas de la Federación Extremeña de Kárate “hayan conseguido este hito, que pone de manifiesto que el que quiere, puede”, ha apuntado.

Por su parte, el entrenador de Juan y Ángel ha indicado que ambos llegaron “fatal” desde el punto de vista físico y muy negativos en cuanto a sus posibilidades reales de avanzar en la práctica del kárate. “Y después de cinco años de duro trabajo, a razón de ocho horas semanales, y convertirse en unos alumnos más, podemos decir que han hecho historia gracias a su esfuerzo, ganas e ilusión”, ha afirmado.

Antonio Martín ha dejado claro que “nadie les ha regalado nada” y que para conseguir el cinturón negro han tenido que pasar por el mismo tribunal nacional que el resto de alumnos. Por su parte, los dos protagonistas han explicado que al principio asistían a entrenar a escondidas de familiares y amigos “sobre todo por el qué dirán, ya que al principio nos tachaban de locos”, ha apuntado Juan. Tanto es así que hasta pasados los tres primeros años no adquirieron sus kimonos blancos ni se federaron.

“Estamos muy contentos porque hemos demostrado que no hay nada imposible. Todo esto nos ha aportado mucho bueno. Yo sin ir más lejos he perdido diez kilos de peso; además, el gimnasio era como una familia y por eso hemos estado muy a gusto”, ha agregado Ángel.

De cara al futuro, tanto Juan como Ángel han expresado su deseo de poder participar en el próximo campeonato de Extremadura de kárate para veteranos. “Ese va a ser nuestro nuevo reto”, han concluido.

¿Es un fraude el artículo 47 de la Constitución Española que consagra el derecho de todos los ciudadanos a tener una vivienda digna?

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Pues mire usted, sí. Todos buscamos en el texto de nuestra Carta Magna el fundamento que nos permita exigir ante los poderes públicos el cumplimiento de los compromisos legalmente contraídos. Y resulta que el texto del artículo 47 que con tanta ilusión redactamos y aprobamos quienes tuvimos el inmenso honor de elaborar la ley básica que debía regir nuestra convivencia en democracia, es del todo inoperante porque no cumple el requisito indispensable establecido en el artículo 53.3 de la C.E. que establece que sólo podrán ser alegados ante la Jurisdicción ordinaria, de acuerdo con lo que dispongan las leyes que  los desarrollen, los contenidos del Capítulo Tercero que bajo el título “De los principios rectores de la política social y económica” incluye el artículo 47 que empieza enfáticamente su redactado diciendo “Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada”. Eso es lo que dice la Ley, y eso es lo que me ha motivado a escribir este comentario.

Cosa que me parece un momento ideal tras el revuelo formado en la opinión pública por la compra de la pareja formada por Pablo Iglesias e Irene Montero de un chalé en Galapagar. Una urbanización cercana a Madrid que, por lo que hemos visto y oído estos días, parece de alto standing. Por supuesto no entraré yo a criticar el legítimo deseo de cualquier pareja a vivir en una casa amplia, grande si así lo desean, y con todas las comodidades que puedan conseguir. Esa libertad está consagrada por el modelo de sociedad en el que vivimos opuesta a los postulados totalitarios de los regímenes que en nombre del pueblo al que dicen representar les niegan precisamente la libertad a sus ciudadanos. Si Pablo Iglesias e Irene Montero pueden hacer frente al pago de esa lujosa vivienda, adelante. Yo no les criticaré por eso porque presupongo que la pagarán con el dinero honradamente ganado por su trabajo. Y ni siquiera me apetece entrar en la crítica fácil de la falta de coherencia existente entre lo que algunos políticos defienden y lo que luego hacen. A veces esa disonancia es sumamente evidente, sobre todo si quienes la ejercen son personajes públicos de tanta popularidad como los líderes de los grandes partidos que actúan en la escena política española.

Sí me ha molestado la referencia que ha hecho Juan Carlos Monedero a quienes, por causa de su marginación, o por su peculiar forma de vida, han vivido largos años de su existencia a salto de mata. Tal es nuestro caso, el de los gitanos. Dice el señor Monedero en la defensa que realiza de Pablo e Irene que quienes les critican lo hacen porque esos “malditos rojos no viven debajo de un puente”. Yo pienso que ni los rojos ni los azules, sean gitanos o no lo sean, tienen por qué vivir debajo de un puente. Antes, al contrario, si el artículo 47 de la C.E. fuera un mandato imperativo a los poderes públicos, nadie tendría que vivir en una chabola instalada en un suburbio carente de cualquier muestra de bienestar y mucho menos debajo de un puente donde durante siglos muchas familias gitanas, nómadas por obligación, se han visto obligadas a refugiarse.

El derecho universal a una vivienda digna

Hace muchos años ya, cuando siendo un joven soñador dejé mi pueblo querido, Puerto Real, en la costa gaditana, me alejé de un escenario de pobreza extrema en el que discurrió mi infancia. En una habitación de unos doce metros cuadrados dormíamos seis personas. Había una sola cama en la que se acostaba mi madre y tres de mis hermanos. Alguno de ellos con la cabeza situada a los pies de los demás. Y en el suelo, sobre dos colchones polvorientos porque estaban rellenos con las hojas, ya secas, que envuelven las mazorcas de maíz, dormíamos el marido de mi madre y padre de dos de mis hermanos y yo. El colchón de “El Quico” ―este era el sobrenombre de mi padrastro― estaba situado en el suelo en paralelo a la cama. El mío al final del mueble con lo que mis pies quedaban siempre bajo el colchón donde dormía mi madre y el resto de mis hermanitos.

¡Qué lejos quedaba de nosotros la Declaración Universal de los Derechos Humanos que en su artículo 25.1 declara que “Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda…”! O el artículo 11 del Pacto Internacional de Derecho Económicos, Sociales y Culturales que insiste en la garantía de que todas las personas tienen derecho a disfrutar de una vivienda adecuada. En mi infancia, en pleno franquismo, era impensable cualquier protesta para remediar tan lamentable estado de vida. Tuvieron que pasar muchos años para que la ciudadanía española tomara conciencia de que la conquista de la libertad y de los derechos que otorga vivir en democracia debían ser conquistados, día a día, mediante la acción política de gobiernos seriamente comprometidos con los ciudadanos.

Quien no garantice el cumplimiento del artículo 47 de la Constitución no merece gobernar España

Durante las dos legislaturas en que he sido Diputado por Almería he mantenido en las discusiones internas de mi partido que no merece ganar las elecciones generales quien no esté dispuesto a garantizar en su acción de Gobierno que el derecho de los ciudadanos a una vivienda ocuparía un lugar preeminente en su acción de gobierno. Gobernar es un verbo transitivo que supone regir o administrar un país mediante la creación y aplicación efectiva de leyes. Por lo tanto, debe ser un reto para los partidos que tienen opciones de gobernar próximamente el garantizar el derecho fundamental a la vivienda de los españoles.

De mis seis hijos, el pequeño, Alfonso, se acaba de independizar. Tiene 27 años y es arquitecto. Y parece que será un gran diseñador de edificios y de complejos arquitectónicos. (Perdón, soy su padre). Su compañera, profesional de la fotografía, trabaja en una empresa del ramo. Ambos son mileuristas y el salario completo de uno de ellos lo han de dedicar al pago del alquiler de la vivienda que han encontrado en la calle Rosellón de Barcelona. Vivienda que tiene algo más de 50 metros cuadrados. No hay Derecho, y nunca mejor dicha esta popular expresión. Y Alfonso, que es arquitecto y que seguramente se ganará bien la vida en un futuro no demasiado lejano se puede dar por satisfecho. ¿Pero cómo lo harán tantos y tantos jóvenes obligados a no separarse de sus padres porque sus menguados salarios no les permiten hacer frente al precio de los alquileres que hoy están por las nubes? ¡Maldita especulación cuyas principales víctimas suelen ser los más débiles de la sociedad!

El derecho a la vivienda debe ser defendido a capa y espada

Y para ello es necesario que nuestros gobernantes, y quienes aspiran a serlo muy pronto, tengan clara la necesidad de articular, con leyes claras y precisas el contenido del artículo 47 de la C.E. Ya no vale, y los ciudadanos deben ser conscientes de ello, decir con entusiasmo en las proclamas electorales que “prometemos que lucharemos para que el derecho a la vivienda sea una realidad para todos los españoles”. Eso está muy bien y hay que decirlo. Pero hay que comprometerse a algo más. Ya he dicho al principio de este comentario que el artículo 47 de la C.E. se presenta como un “derecho social” y los “derechos sociales” son difícilmente defendibles ante los tribunales. Silvia Organista, abogada y miembro de la “Asamblea Vivienda Digna para Todas las Personas” lo ha escrito con meridiana claridad: “No existe aún una ley de desarrollo del “derecho” a la vivienda. Por tanto, éste carece de instrumentos que permitan exigir su cumplimiento y dar protección jurisdiccional a sus titulares. Queda así relegado a mera aspiración sociopolítica, dejando de lado lo que supone una vivienda digna, que es mucho más que un objeto de propiedad privada: es, entre otras cosas, vivir en sociedad, proteger a la familia, tener luz y agua corriente, formar parte de una red de seguridad, o tener salud e intimidad”.

El señor Rajoy, si quiere seguir siendo presidente del Gobierno; Pedro Sánchez, el líder socialista cuyo partido ha gobernado en España más tiempo que ningún otro; el señor Rivera que cada día ve más cerca el momento en que llevará las riendas de nuestro país y hasta Pablo Iglesias, a pesar de la marabunta en que está sumergido a causa de su chalet,  deben comprometerse públicamente ―y exigimos verlo escrito en sus programas electorales― a que desarrollarán el artículo 47 de la C.E. para que el espíritu de la letra que encierra se convierta en leyes claras y precisas que permitan a los ciudadanos, como poseedores de un derecho subjetivo, llevar ante los tribunales a los responsables de la Administración que les nieguen ese derecho.

Claro que para conseguir eso habrá que desmontar antes la protección de que hoy gozan los especuladores, propietarios de bienes inmuebles, que utilizan las viviendas como el más rentable medio de inversión con que hacerse cada día más ricos sin correr ningún riesgo, desconociendo que el artículo 33 de la Constitución sujeta el derecho de propiedad a su función social, tal como ha sentenciado reiteradamente el Tribunal Constitucional.

Pero de eso, amigos, me ocuparé detenidamente otro día.

Fallece József “Choli” Daróczi, traductor del Nuevo Testamento en Romanes

József Daróczi / Magyar Interaktive Televizió

A la edad de 79 años, el eminente autor, poeta, periodista y maestro gitano, József Daróczi, conocido por sus familiares por el apodo de “Choli», ha fallecido en Hungría el 12 de mayo de 2018. Daróczi, talentoso artista y educador carismático, fue una de las figuras romaníes más eminentes en la vida pública húngara durante décadas.

Junto con varios otros representantes de su generación, Daróczi estaba detrás del nacimiento de las artes romaníes y la élite literaria en Hungría. Nació el 26 de mayo de 1939 en la aldea húngara de Bedő.

Según los recuerdos de sus compañeros de trabajo cercanos y amigos asociados con el portal romaní de Internet RomNet.hu, Daróczi era “el viejo gitano más agradable en quien uno siempre podía confiar, estaba presente en todos los eventos culturales y públicos y hablaba sobre el pasado, el presente y el futuro con entusiasmo”. Sus amigos también han destacado su imagen icónica: “llevaba una barba blanca y siempre tenía un cigarrillo revelador en la boca», y recuerdan su honestidad para expresar sus opiniones, ya que estaba convencido de que solo una persona absolutamente sincera puede cultivar la dignidad humana.

La familia Daróczi era originaria de Rumania y sus abuelos crecieron a principios del siglo XIX en una comunidad tradicional romaní: su abuela provenía del prestigioso grupo Lovari. Sus abuelos huyeron a Hungría y su nieto “Choli” nació más tarde allí.

En su ambiente familiar, las culturas de tres naciones diferentes – húngara, romaní y rumana-  convivían en paz. El modelo de “Choli” durante su infancia fue un maestro llamado Gizella. No completó su educación básica, pero desde el momento en que dejó la escuela experimentó un largo período de búsqueda vital, trabajando durante algún tiempo como obrero y minero. Aproximadamente a la edad de 20 años entró a trabajar para la Compañía Minera Tatabányská, donde un compañero le describió cómo podría ser posible emigrar.

Durante su fallido intento de huir al extranjero, ese amigo resultó herido y Daróczi fue arrestado y sentenciado a 10 meses de prisión. Como prisionero político compartió una celda con el futuro Primer Ministro húngaro, József Antall.

Después de cumplir su condena, Daróczi se mudó a Budapest, donde su familia se había trasladado. Debido a su falta de formación, tuvo que comenzar una vez más su carrera como obrero en un ferrocarril. En su nuevo trabajo se encontró en un entorno que fue determinante para su futuro destino. Tuvo la buena fortuna de conocer a compañeros de trabajo que apreciaban enormemente la educación y el conocimiento.

Bajo su influencia, pronto solicitó entrar en la escuela nocturna y completó su educación de octavo grado. Después de eso, probó suerte en un aprendizaje técnico, pero pronto descubrió que estaba mucho más atraído por las humanidades y se cambió a la escuela preparatoria de la universidad Gymnázium Ányose Jedlika.

Su interés en las humanidades aumentó durante sus años de estudiante con la asistencia a seminarios literarios. El poeta húngaro Attila József se convirtió en su gran modelo literario, como lo es para muchos educadores húngaros. Este gran poeta proletario inspiró a “Choli” en sus primeras traducciones. Su entonces maestro de literatura reconoció públicamente su intento de traducir este poeta al romanes, mostrando sus esfuerzos de traducción a toda la clase y publicándolos en el tablón de anuncios de la escuela.

Sus siguientes actividades literarias siguieron en rápida sucesión. Sus traducciones de poesía húngara comenzaron a aparecer gradualmente en varios periódicos literarios húngaros. Pronto comenzó a escribir su propia poesía y editó varias antologías de poesía romaní. A partir de 1975, Daróczi fue miembro del Club de Autores Húngaros y, finalmente, se convirtió en editor en jefe de las revistas gitanas Romano Nyevipe, Amaro Drom y Rom Som.

Una de sus obras más significativas fue su trabajo en un pequeño diccionario húngaro-romaní, ¿“Zhanes romanes?”, así como su traducción de una parte del Nuevo Testamento en el dialecto Lovari. En relación con su trabajo de publicación y traducción, intentó actualizar el lenguaje romaní introduciendo neologismos.

Su importante carrera como educador comenzó en 1972. Daróczi completó su educación en un colegio de enseñanza, después de lo cual continuó su carrera como mentor y maestro de la juventud, con interrupciones ocasionales, hasta prácticamente el final de su vida.

A mediados de la década de 1980 fue elegido para dirigir lo que entonces se llamaba el Consejo Gitano Rural, y después continuó en 1987-88 como Secretario en Jefe de la Asociación Cultural Gitana de Hungría. Después de la caída del comunismo y la creación del sistema húngaro de autogobiernos minoritarios, a comienzos de la década de 1990, se convirtió en líder del “Gobierno gitano autónomo” de Budapest en el Distrito 10.

En 1994 volvió a su país como educador, comenzando a enseñar Estudios Romaníes, el idioma romaní y la historia del Pueblo Gitano en el Vilmos Apor College. Se mantuvo activo e incansable en este campo hasta su retiro.

Daróczi fue uno de los principales actores del movimiento etnoemancipador romaní durante los siglos XX y XXI en Hungría. Durante su vida, se encontró con innumerables jóvenes no romaníes y romaníes a quienes instruyó en campamentos infantiles, escuelas secundarias técnicas, residencias estudiantiles, institutos y universidades. József “Choli” Daróczi falleció el 12 de mayo de 2018.

Convivir el flamenco

Un grupo de hombres y mujeres de etnia gitana, procedentes del mundo de la Universidad y del periodismo, han puesto en marcha una iniciativa encaminada a promover algún tipo de reconocimiento institucional sobre la aportación esencial y fundamental de la comunidad gitana andaluza, a la constitución de lo que hoy conocemos como cante flamenco. Estamos hablando de un hecho esencialmente simbólico, que en poco o en nada va a influir en la realidad actual del arte flamenco con sus luces y sombras. Pero la sociedad y dentro de ella, multiplicidad de relaciones que desarrollamos los seres humanos, son inspiradas, muchas veces, por impulsos cargados de simbologías, a veces con más capacidad de persuadir las conciencias que argumentos más racionales. En todo caso, los promotores de esta iniciativa, creo que son merecedores de ser apoyados por todo ese el amplio universo del flamenco, puesto que no actúan contra nadie ni contra nada, ni en su ánimo existe ningún alfan etnocentrista, ni de menoscabo a los grandes artistas y a los grandes aficionados no gitanos, que tanto han aportado y aportan a esta extraordinaria música, que tanta admiración concita entre los públicos más cultos de todos los países del mundo.

Solo se pretende reparar los incuestionables agravios que se han cometido con anterioridad, y que se siguen cometiendo, con el afianzamiento de una versión sobre la génesis y el desarrollo del arte flamenco, en el que los gitanos en cuanto comunidad cultural, no aparecen por ningún lado.

El ejemplo más paradigmático de esta exclusión es el manifiesto del Parlamento de Andalucía, aprobado por todos los grupos políticos el 10 de septiembre de 2009, en apoyo de la declaración del flamenco como patrimonio inmaterial de la humanidad por parte de la UNESCO. En el mismo se dice que “…el flamenco, es voz del pueblo; en su origen, de grupos marginados y más tarde, de la sociedad andaluza en su conjunto”.

Indudablemente, es a los andaluces gitanos a los que, en una incomprensible intención de no señalarlos por su nombre, el Parlamento de Andalucía se refiere en esa alusión a “grupos marginados”. Precisamente por esa forma de nombrarlos sin nombrarlos, se produce una doble humillación. Pues no solo se quiere desconocer la aportación de los mismos a la cultura de todos, sino que además se les adjetiva en su totalidad como gente al margen de la sociedad. De esa forma, no solo se les niega la patrimonialidad del flamenco, aunque sea compartida con otros, sino hasta su propia otredad. En realidad, en esa declaración, y aunque fuera sin intención, los gitanos son, no ya los otros, sino ningunos.

Y, sin embargo, en esa etapa histórica donde se fragua lo que hoy conocemos como flamenco, situada entre 1750 y 1900, la mayoría de los gitanos andaluces son sedentarios establecidos por todos los pueblos y ciudades de Andalucía. Es cierto que por lo general integran las capas más humildes de la sociedad, pero lo hacen como parte del pueblo en su expresión más genuina. Son familias de jornaleros, de herreros, de pescadores, de carniceros, de tratantes de ganado, esquiladores, etc. Son, a pesar de esa leyenda negra, fomentada desde heterogéneos intereses o intencionalidades diferentes, iguales que el resto del pueblo llano de la Andalucía de ese período. Adjetivarlos de marginados con el significado que hoy tiene ese término, es, además de una enorme falsedad histórica construida desde el desconocimiento y desde el victimismo interesado de los dispositivos sociales actuales, un descrédito enormemente injusto.

Es el seno de esas familias gitanas, fundamentalmente en la Baja Andalucía, y sobre una base musical protoflamenca, sedimentada por la riquísima acumulación de ecos orientales, árabes, judíos y cristianos, donde se fraguan los cantes esenciales que constituyen lo que hoy conocemos como flamenco. Pero ni los gitanos lo hacen aislados de los demás, ni a ellos les corresponde su autoría en exclusiva, sino que lo hacen en contacto y convivencia con el resto del pueblo andaluz, en una creación colectiva que transciende lo folklórico y hasta lo puramente musical, para convertirse en un asombroso espacio emocional donde convivir.

Fruto de ese crisol cultural es la existencia de un andalucismo gitano o de una gitanidad andaluza, que, durante los últimos dos siglos, hizo que ante los ojos del mundo, las fronteras entre lo gitano y lo andaluz, si es que han existido alguna vez, no hayan sido percibidas como tales. Incluso, dentro de nuestro mismo país, y hasta hace unas pocas décadas, la literatura, el teatro, el cine, o la pintura, al menos en sus expresiones más costumbristas y populares, tampoco las perfilaban de una manera nítida y reconocible. Carmen es una gitana de Triana que trabaja en la fábrica de tabacos de Sevilla, como tantas otras, pero Prosper Mérimée, cuando crea el personaje, solo quiere simbolizar en ella a una mujer andaluza que se rebela contra toda clase de opresión. Para él gitanidad y andalucismo era una misma cosa. Casi un siglo más tarde, Federico García Lorca, escribe el Romancero Gitano, un momento cumbre de la poesía, que tiene como esencialidad esa mirada gitano-andaluza de la vida.

Ni se puede reinventar el flamenco, ni es necesario que su patrimonialización sea objeto de controversia. El flamenco ha sido desde su mismo origen un lugar de unión y convivencia. En él desaparecen las diferencias sociales o culturales. El flamenco es armonía y humanidad. Es la pasión por la vida con sus alegrías y sus desamparos. Politizar o instrumentalizarlo, sea con la intención que sea, es lo más anti flamenco que se puede hacer.

Negar, ignorar u omitir la gitanidad andaluza del flamenco, constituye un agravio y una enorme injusticia para con centenares de miles de andaluces y españoles gitanos, a los que se despojaría de lo más preciado de su cultura. Pero, además, significaría un fraude a ese público que se acerca a la música flamenca atraído por una autenticidad y por una credibilidad que no puede ser que suplida por un gitanismo costumbrista sin gitanos.

Pero igualmente los españoles de cultura gitana, debemos aceptar y reconocer sin ningún tipo de prejuicio, la inconmensurable contribución al cante, al baile y a la guitarra flamenca, de la enorme pléyade de grandes artistas no gitanos presentes desde el mismo nacimiento del flamenco. Una aportación sin la cual, y con toda seguridad, esa música sublime no tendría la riquísima variedad de estilos y matices que la hace tan admirable.

Todos somos el flamenco, pero en ese “todo” no puede faltar nadie de quienes han hecho posible la creación, el desarrollo y la internalización de ese patrimonio cultural de los gitanos, de Andalucía, de España y de la humanidad.

Conferencia “Identidades rromà más allá de los estereotipos y prejuicios” en Pescara

El Salón Figlia di lorio de la Provincia de Pescara acoge mañana, jueves 17 de mayo a las 10h, la conferencia titulada “Identidades rromà más allá de los estereotipos y prejuicios” organizada por el proyecto Romanipé 2.0, iniciativa financiada por la Oficina Nacional contra la Discriminación Racial (UNAR) promovido por la Fundación Romani Italia, Social Hub y Talentraining, con la colaboración de la Universidad de Teramo y el periódico Felicità Publicca.

El evento representará una oportunidad para ilustrar el proyecto Romanipé 2.0, para presentar el curso de formación de expertos en desarrollo de la comunidad, pero sobre todo para abordar el tema desde un punto de vista cultural y territorial.

16 de mayo, Día de la Resistencia Romaní

Hoy los gitanos y gitanas conmemoramos el Día de la Resistencia Romaní. Tal día como hoy de hace 74 años, el 16 de mayo de 1944, en torno a 6.000 gitanos -hombres, mujeres, niños y ancianos – internados en el campo de concentración de Auschwitz II Bikernau “Zigeunelager” recibieron información de que esa noche serían gaseados y exterminados. Los allí concentrados se proveyeron de todo lo que encontraron a su alcance, y se levantaron contra las SS para impedir que consiguieran su fin.

Ese día sí lograron escaparse. Pero, desgraciadamente, su fortuna no duró muchos meses, siendo el peor momento el 2 de agosto de 1944, fecha en la que los indeseados nazis decidieron  llevar a cabo su atroz crimen contra la población romaní que en ese campo seguía concentrada – tras los sucesos acaecidos el Día de la Resistencia Romaní fueron dispersados por diferentes campos de concentración – y así dieron por liquidado el “Zigeunelager”.

Con la conmemoración del Día de la Resistencia Romaní se pretende reivindicar y visibilizar la lucha de la población rom contra los antigitanismos, siendo aquel 16 de mayo cuando alcanzó su máxima expresión.

Desde la Unión Romaní, como entidad que promueve la defensa de los derechos fundamentales y la lucha contra la discriminación hacía la población gitana y contra  cualquier tipo de manifestación antigitana, queremos adherirnos y reivindicar la conmemoración de este día y continuar trabajando para conseguir una sociedad más igualitaria, justa y solidaria.

Un payico güeno

Así se conservan los libros de registro en el Museo de Auschwitz
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Mañana se conmemora el Día de la Resistencia Romaní precisamente en recuerdo de la rebelión de los prisioneros y prisioneras gitanas en el Campo de Exterminio de Auschwitz que tuvo lugar el 16 de mayo de 1944 y con tal motivo queremos recordar a Tadeusz Joachimowski, un payico güeno, que tuvo un inusitado protagonismo en aquellos actos.

Cada persona es un mundo y en el mundo hay, por lo menos, 7000 millones de personas cada una con su mundo a cuestas.

Hay payos y payas de todos los colores, tamaños, formas, aromas y sabores. Hay gachís y gachós pa’ to’s los gustos. Hay jambos y jambas pa’ to’s los disgustos. Igual que hay gitanas y gitanos pa’ to’s los gustos y pa’ to’s los disgustos. Porque cada persona es un mundo o una munda. Y, tal y como dice el Tío Juan Fernández ¡Para terminar de complejizar el asunto! «To’l mundo tiene desmanes».

Los judíos tienen la expresión Justos entre las Naciones para referirse tradicionalmente al conjunto de aquellas personas de confesión no judía que merecen consideración y respeto por observar una conducta moral acorde con el judaísmo.

Tras la constitución del Estado de Israel, esta expresión también designa de manera oficial a un programa de reconocimiento y distinción con el objeto de rendir el máximo honor a aquellas personas que, sin ser de confesión o ascendencia judía, prestaron ayuda de manera altruista y singular a las víctimas del Holocausto.

Creo que algunas personas payas merecerían el reconocimiento de “payicos güenos” y Tadeusz Joachimowski es una de ellas.

Tadeusz Joachimowski (1908-1979) fue un payico güeno. Era un judío polaco. Fue detenido y encarcelado en la prisión de Tarnów -ciudad que alberga, dicho sea de paso, dentro de su Museo Etnológico Provincial una magnífica colección etnológica gitana- por su militancia política, pero acabó siendo enviado a finales de agosto de 1940 al Campo de Concentración y Exterminio de Auschwitz (número de prisionero 3720). Desde marzo de 1943 fue destinado a trabajar como escribiente en la Oficina del Prisionero en el Campo Gitano de Auschwitz, el llamado Zigeunerlager.

¿Por qué debería formar parte de nuestro panteón de Payicos Güenos?

Por dos razones fundamentales:

1ª) En mayo de 1944, Tadeusz Joachimowski, mientras trabajaba en la Oficina de Prisioneros se enteró de los planes inminentes para la liquidación del Campo Gitano y avisó a Josef Steinbach y a Paul Wagner, prisioneros gitanos, para que alertaran a los demás gitanos y gitanas. Gracias a ese aviso, los prisioneros y prisioneras fueron capaces de organizarse para evitar el asesinato de los restantes aproximadamente 6.000 gitanas y gitanos previsto para el 16 de mayo de 1944. Se armaron de palos, piedras y herramientas que pudieron encontrar. Hombres y mujeres de todas las edades se atrincheraron en los barracones. La consigna era resistir y no permitir que los matasen como corderitos. Los SS los rodearon. Iban armados incluso con metralletas. Pero nuestras y nuestros valientes les hicieron frente y tuvieron que retroceder. Aquel día no hubo gitanos ni gitanas asesinadas en las cámaras de gas.

Desgraciadamente, al día siguiente comenzó una dura batalla: los sometieron al hambre y a quienes aún tenían fuerzas se los llevaron a otros campos. Así, el 2 de agosto de 1944, los nazis exterminaron a los 2897 gitanos y gitanas que aún quedaban en el Campo Gitano.

2ª) Como escribiente, Tadeusz Joachimowski, se las arregló para robar los dos libros de registro principales de la oficina de prisioneros del Campo Gitano. Con la ayuda de otros dos prisioneros, Ireneusz Pietrzyk (prisionero nº 1761) y Henryk Porębski (prisionero nº 5805), los enterró, protegidos con ropas y dentro de un cubo, para que los nazis no los destruyeran al acabar la Guerra ya que esos libros constituyen pruebas documentales del exterminio de los Roma. En 1949, después de terminada la Guerra, avisó a las autoridades y volvió allí para desenterrar aquellos libros. Los libros hicieron posible conocer los nombres de los prisioneros y prisioneras gitanos y gitanas.

Estos libros de registro fueron restaurados (los originales se conservan en el Museo de Auschwitz) y publicados por el Zentralrat Deutscher Sinti und Roma (Consejo Alemán de Sinti y Roma), organización gitana -dirigida por el Tío Romani Rose- líder y pionera en la lucha por el rescate de la memoria histórica y la restitución del Samudaripen, en 1992 con el título Memorial Book. The Gypsies at Auschwitz-Birkenau/Ksiega Pamieci. Cyganie w obozie Koncentracyjnym Auschwitz-Birkenau/Gedenkbuch. Die Sinti und Roma im Konzentrationslager Auschwitz-Birkenau (Libro conmemorativo. Los sintis y los romaníes en el campo de concentración de Auschwitz-Birkenau. No hay versión española)

Estos libros contienen los nombres y apellidos, los números de prisionero, la nacionalidad, la fecha y el lugar de nacimiento, la fecha de fallecimiento y otros datos de las aproximadamente 22.600 personas gitanas (10.094 hombres y 10.888 mujeres, cuyos nombres conocemos) que padecieron el cautiverio y el exterminio en aquel infierno.

Alrededor de 19.300 de aquellas personas fallecieron:

Más de 13.600 a causa de la desnutrición y las enfermedades;

Más de 5.600 fueron asesinados en las cámaras de gas.

¡Dios los tenga en su Gloria!

Te na avel bisterdo tumaro anav! ¡Que jamás se olvide vuestro nombre!

A vueltas con el Colegio Mayor “Beato Diego”

Fachada del Colegio Mayor / La Voz del Sur
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Días atrás saltaba a la palestra la esperada noticia de la pronta reapertura para el próximo curso académico del antiguo Colegio Mayor “Beato Diego José de Cádiz”. La aparente buena marcha de las obras frente al Parque Genovés hacía presagiar lo anunciado: que en cuestión de meses se podrá volver a disfrutar del edificio proyectado originalmente por Antonio Sánchez Esteve.

Ahora bien, con dicha noticia nos vuelve a la mente una petición que nos parece de lo más justa y universitaria. Hace casi un año, en este mismo medio, se publicaba una columna de opinión con el título de “Colegio Mayor Juan de Dios Ramírez-Heredia”. En ella indicábamos la necesidad de borrar del antiguo edificio el nombre de Beato Diego. Como decíamos varias personalidades de la Universidad de Cádiz, desde hacía tiempo, venían indicado lo inapropiado de dicho nombre. Lo volvemos a resumir: una entidad universitaria no debe rendir este tipo de honores a un personaje histórico que estuvo bien posicionado contra la cultura y la ciencia. Cultura, ciencia -y la prosperidad de los pueblos añadimos ahora-, que son precisamente lo que perseguimos los universitarios.

Juan de Dios Ramírez Heredia fue investido en febrero de 2008 como Doctor Honoris Causa por la Universidad de Cádiz / UR

Por lo tanto, vamos a proponer formalmente el cambio de rotulación para el “nuevo” Colegio Mayor. E insistiremos, una vez más, en que un buen nombre sería “Juan de Dios Ramírez-Heredia”. Los motivos son suficientemente conocidos y ya se expusieron en el anterior artículo citado. Dejamos claro que no nos acompaña ningún espíritu anticatólico -el propio Ramírez-Heredia siempre ha llevado a gala sus creencias religiosas-. Y si por otro lado hay quien puede pensar que hay otros muchos nombres históricos relevantes y vinculados a la institución gaditana, el nombre de nuestro paisano Honoris Causa Juan de Dios tiene una razón más: sigue en activo a sus casi 76 años. Por lo tanto, el puertorrealeño tiene un “plus” puesto que los homenajes y nombramientos deben hacerse en vida.

 

Entidades gitanas de Lleida piden que se cambie el nombre de la calle Marqués de la Ensenada

Jóvenes gitanos recogen firmas en Lleida para cambiar la calle del Marqués de la Ensenada / EuropaPress

Cerca de una cincuentena de jóvenes de etnia gitana del barrio leridano de la Mariola han creado la plataforma 8 de abril a través de la cual reclaman al Ayuntamiento de Lleida el cambio de nombre de la calle dedicada al marqués de la Ensenada, ubicada en la partida de Llívia. Consideran una “vergüenza” que una calle de la capital del Segrià lleve el nombre de esta persona, a la cual acusan de “genocida” por promover “el exterminio” del Pueblo Gitano el año 1749. La plataforma, que toma el nombre de la fecha en que se conmemora el Día internacional del Pueblo Gitano, ya lleva recogidas más de 600 firmas favorables a su petición, la cual, de momento, cuenta ya con el apoyo de los grupos municipales de ERC-Avancem, Crida-CUP, Comú de Lleida, Cs y PP, mientras esperan sumar también los de los PSC y del PDeCAT, con los que esperan reunirse próximamente. El objetivo de los promotores de esta iniciativa es presentar una moción en el pleno de la Paeria – nombre con el que se conoce el Ayuntamiento de Lleida- de junio a fin de que se debata su reivindicación, acompañada de todas las firmas que habrán recogido hasta entonces.

Desde la plataforma han remarcado que Zenón de Somodevilla y Bengoechea, marqués de la Ensenada, es más recordado actualmente por sus aportaciones a las reformas introducidas en la administración y la hacienda españolas y como promotor del actual catastro que por haber sido el instigador el verano de 1749 y bajo el reinado de Fernando VII de España de la conocida como la Gran Redada o Prisión general de gitanos. Lo consideran responsable del arresto de más de 10.000 gitanos, para después separar a los hombres de las mujeres y los niños de las niñas. Los varones mayores de 7 años fueron enviados a galeras y a efectuar trabajos forzosos. “El plan del marqués de la Ensenada era hacer desaparecer, como él decía, ‘esa malvada raza del reino de España’, aunque finalmente aquel plan para extinguir la etnia gitana acabó fracasando”, han remarcado desde la plataforma.

Uno de los portavoces de la plataforma, Ricardo Gabarre, ha explicado que ya se han reunido con los vecinos de la partida de Llívia, que han acogido positivamente la propuesta y se han comprometido a estudiarla con más calma. Asimismo, hay prevista una reunión el próximo 27 de mayo entre el Ayuntamiento de Lleida y la entidad vecinal para analizar la demanda. El objetivo de la plataforma 8 de abril es poder presentar una moción en el pleno de la Paeria del mes de junio a fin de que se debata su reivindicación para cambiar el nombre de la calle Marqués de l’Ensenada. Por eso, antes quieren recoger el máximo número de firmas favorables y contar con el apoyo de los diferentes grupos municipales, así como de los vecinos de Llívia y de la calle afectada.

Al margen de Lleida y por los mismos motivos, otra entidad también lleva reclamando desde hace unos dos años al Ayuntamiento de Madrid que la capital española cambie también el nombre de la calle dedicada al mismo marqués.

Otra de las iniciativas que tienen en mente desde la plataforma 8 de abril es trabajar para que la Real Academia de la Lengua Española (RAE) elimine una de las acepciones que incorpora para el término gitano que es la de “trapacero”, es decir una persona que “con astucias, falsedades y mentiras procura engañar a alguien en un asunto”. Hay que tener en cuenta, pero, que en 2015 y a petición del Consejo Estatal del Pueblo Gitano, la RAE ya modificó en su versión online, introduciendo una nota advirtiendo del significado “ofensivo y discriminatorio” de esta acepción del término gitano.

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