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Rosa Jiménez, una luchadora de su pueblo y sus raíces

Rosa Jiménez posa delante a la sede bilbaina de la asociación gitana Kale dor Kayiko ubicada en Txurdinaga. (Oskar M. Bernal)

Siempre me han movido las injusticias”, confiesa Rosa Jiménez, presidenta de la Asociación de Mujeres Gitanas Sim Romi. A pesar de haber sufrido en primera persona la exclusión de esta sociedad por ser gitana y ser mujer, Rosa lucha desde 2001 desde las asociaciones para acabar con los atropellos. Auxiliar de enfermería de oficio, tuvo la oportunidad de estudiar, al igual que sus diez hermanos, que años más tarde siguieron sus pasos. Ahora desde Sim Romi, desde hace una década lucha por los derechos de las mujeres de su etnia para que “la sociedad vasca y el pueblo gitano vivan momentos de convivencia”.

La discriminación le ha llevado a una lucha constante por su gente. Ya desde bien pequeña tuvo claro que tenía algo que hacer para acabar con las tropelías. “Desde niña viví esa exclusión y hoy en día también la vivo. La gente no sabe que tenemos un himno, una bandera, tenemos una cultura”, dice. A pesar de esto reconoce que su infancia la recuerda con mucha alegría. Sus padres han sacado adelante a ocho hijas y dos hijos gracias a la venta ambulante y ha tenido la posibilidad de estudiar.

A pesar de las dificultades, Jiménez ha sentido el calor de sus profesores cuando iba al colegio. Guarda especial cariño a Begoña Lasa, una de sus maestras que le animó a estudiar, y poco después a reivindicarse a través de las asociaciones, “que por aquel entonces este mundo era un poco desconocido”. Gracias a este apoyo cursó estudios de auxiliar de enfermería, labor que ha ejercido en varios hospitales y residencias hasta 2005, para poco después meterse de lleno en Sim Romi.

Con 24 años comenzó su andadura en el mundo del asociacionismo, más concretamente en Kale dor Kayiko, entidad gitana fundada hace ya tres décadas. Lo hizo como mediadora social en los centros educativos para animar a los niños y niñas a que estudiaran. Además, participó en el departamento de Igualdad y Salud, “porque veía importante trabajar con las mujeres gitanas”.

Para ello, organizaron unas jornadas anuales donde daban a conocer diferentes aspectos de las mujeres gitanas a la sociedad en general. De esta manera, “de ese coraje”, nació Sim Romi, un espacio de reflexión y participación para empoderar a las mujeres de su etnia, ya que, según confiesa, “nosotras vivimos triple discriminación y le sumamos además una piedra más a nuestra mochila”.

Esta asociación comenzó a dar sus primeros pasos en 2006. De la mano de Rosa y un grupo de mujeres que se reunían para tomar café estando en Kale dor Kayiko, arrancó como un lugar de oportunidades para las gitanas. Fue una apuesta muy firme para luchar por sus derechos y dar a conocer a la sociedad vasca su cultura y sus raíces. “Todas veíamos que nos pasaban una serie de injusticias tanto con nuestro pueblo como fuera de la sociedad. Nos preguntamos qué podíamos hacer para que cambiase”, dice.

Con un total de 88 miembros, la asociación trata de hacer de este mundo un lugar más igualitario y sin discriminación. Rosa, que sigue de presidenta desde la fundación de la asociación, asegura que no puede estar más orgullosa de lo que han conseguido. Mediante los congresos a los que asiste trata de luchar por su pueblo.

Sim Romi apuesta, sobre todo, por promover el empoderamiento de las mujeres gitanas, entre muchas otras acciones. Desde la exclusión que vive nunca imaginó pelear de esta manera por su pueblo, pero sobre todo por las mujeres, “que creo que estamos muy invisibilizadas”. Confiesa que le encanta lo que hace y de toda su trayectoria profesional se lleva consigo muy buenos recuerdos porque todo lo que lleva a cabo lo hace con ganas. Y en el futuro, le gustaría ver su asociación como una de las entidades que lucha por superar esa desigualdad y hasta el momento, “es una casa para todas las mujeres. Es la casa del orgullo”, concluye.

Concha Vargas, galardonada con la Giraldilla Flamenca

Concha Vargas, durante una actuación/ Jean-Louis Duzert

El ciclo cultural flamenco de primavera que cada año organiza la Peña Pepe Montaraz de Lebrija ha decidido conceder su galardón “Giraldilla Flamenca” a la bailaora lebrijana Concha Vargas.

Se trata de un premio que reconoce la trayectoria artística de Concha Vargas, que en este 2018 cumple 50 años sobre los escenarios, siendo un referente en el arte jondo y en su forma de bailar.

Concha Vargas Torres es una bailaora gitana nacida en Lebrija en el año 1956. Por sus genes corre sangre flamenca pues está emparentada con la familia de los Pinini y los Peña. Es hija del lebrijano Quintín Vargas Fernández, tratante y corredor, y de Francisca Torres Moreno, natural de Osuna. Con 4 años su familia se instaló en Sevilla, y fue en esta ciudad donde la atrapó el duende del baile gracias a las directrices de un maestro gitano del baile, Pepe Ríos.

Con sólo 11 años, el propio Pepe Ríos la presentó en el Gazpacho de Morón ante grandes figuras del arte jondo como Fernanda y Bernarda de Utrera, Diego del Gastor, Chocolate, Terremoto o Antonio Mairena. En el año 1974 debutó en el tablao madrileño Zambra, donde se hizo pareja de El Güito. Dos años más tarde se dio a conocer profesionalmente gracias a su papel en el espectáculo “Camelamos naquerar” invitada por Mario Maya. Con dicha obra giró por Europa y América cosechando grandes éxitos, y siendo este el inicio de una fructífera carrera artística que le ha permitido incluso bailar para grandes personalidades como Indira Gandhi o Juan Pablo II en el Vaticano.

Concha Vargas ha pisado las tablas de prestigiosos tablaos y festivales flamencos, además de participar como primera bailaora en espectáculos que han triunfado en escenarios de toda Europa y del mundo.
Ahora cumple sus bodas de oro en los escenarios, repartiendo arte y compás con su peculiar forma de interpretar el baile flamenco. Una trayectoria que será reconocida el próximo domingo 8 de Abril en su tierra natal, Lebrija. Concretamente, en la Peña Flamenca Pepe Montaraz se hará entrega de la Giraldilla Flamenca en su XXIXº Edición.

Pero este no será el único reconocimiento que recibirá Charo Vargas por su medio siglo en los escenarios, de parte de su Lebrija natal. En noviembre pasado, también se adelantó que la comisión de la Caracolá Lebrija, el festival más señero de esta localidad, en su 53º edición, entregará su “Caracol de Oro” a esta gran artista, el próximo mes de julio.

Historia del pueblo gitano en España, de David Martín Sánchez (Editorial Catarata)

El pueblo gitano ha sido parte de la historia de España desde el siglo XV. Las fuentes históricas permiten conocer sus costumbres y algunos hechos relevantes. Por ejemplo, durante el reinado de Fernando VI se realizó la Gran Redada de 1749, que intentó acabar con los gitanos y supuso la detención de hasta 12.000 personas. Y, sin embargo, esta persecución contrasta con la exaltación de la libertad, el honor y la belleza que se asociaban a la cultura gitana durante el romanticismo. Tampoco deja de sorprender que estos acontecimientos no aparezcan en los libros de historia y que sean bastante desconocidos por parte de la población española. Por ello, este libro está escrito desde la convicción de que un mayor conocimiento del pueblo gitano contribuirá a evitar la exclusión y la marginación de la minoría más numerosa en España. En este sentido, David Martín Sánchez huye de los lugares comunes y los estereotipos, pero también del victimismo o la exaltación de los protagonistas, para dar a conocer aquellos hechos, personajes y anécdotas que forman parte de nuestra historia.

Más de 350 romís se dan cita en Barcelona en el II Congreso Internacional de Mujeres Gitanas

Mesa inaugural del II Congreso Internacional de Mujeres Gitanas

Con unas cifras imbatibles: más de 350 mujeres gitanas procedentes de más de 14 países europeos; decenas de voluntarias ayudando a organizar el evento y mucho esfuerzo por parte de la organización, el II Congreso Internacional de Mujeres Gitanas cumplió las expectativas y el sueño de volver a llenar la capital catalana de las reflexiones y reivindicaciones de cientos de gitanas con ganas de construir su propio futuro.

Durante dos días, 23 y 24 de marzo, la asociación Drom Kotar Mestipen y el Departamento de Treball, Afers Socials i Famílies de la Generalitat, a través del Plan Integral del Pueblo Gitano, han hecho posible este espacio en el que se dieron cita en el Auditorio del CaixaForum muchos anhelos, sueños, y mensajes de esperanza. Si más no, una de las consignas del congreso no era exponer las grandes dificultades y desigualdades que afrontan las gitanas, sino compartir las iniciativas de éxito que se están llevando a cabo en diferentes ciudades europeas, en ámbitos como el educativo, el sanitario o el laboral. El 90% de las participantes del II Congreso Internacional de Mujeres Gitanas recibieron una beca para poder acudir al evento.

Durante la mesa inaugural del evento, la presidenta de Drom Kotar Mestipen, Ana Contreras, resumió con pocas palabras el objetivo del congreso: “Queremos conseguir un mundo mejor para nuestras hijas y nuestro pueblo”. Y para ello, se ha de trabajar coordinadamente, entre mujeres de base, asociaciones e instituciones comprometidas. En este sentido, el secretario de Afers Socials i Famílies, Francesc Iglesies, apuntó al compromiso y el trabajo conjunto entre la Generalitat y la asociación Drom Kotar para realizar el evento, y señaló que este tipo de actos “desmontan gran parte de los prejuicios que pesan sobre la población gitana”.

En la mesa inaugural también intervino Juan de Dios Ramírez-Heredia, presidente de la Unión Romaní, quien dejó claro que el futuro del pueblo gitano “está en manos de las mujeres gitanas”, agregando que “siempre ha sido así a lo largo de la historia”. “Sois el tabernáculo sagrado donde se guarda la esencia de nuestro pueblo”, les indicó a las más de 350 mujeres reunidas en el auditorio.

Otra destacada de la mesa inaugural fue la de la eurodiputada Julie Ward, una reconocida activista feminista quien advirtió de que los derechos de las mujeres “están siendo atacados en todas partes” y por ello “se ha de luchar de forma conjunta” para hacer frente a la violencia y las desigualdades que afectan a las mujeres. Asimismo, a través de una videoconferencia, las participantes pudieron escuchar las alentadoras palabras de Soraya Post, eurodiputada gitana y feminista, quien recordó que su sueño es conseguir la “igualdad de derechos” para los gitanos.

Durante el congreso se realizaron diversas mesas redondas en las que participaron mujeres que están trabajando activamente por la promoción del pueblo gitano y quienes compartieron sus experiencias en ámbitos como la educación o la salud. También se crearon grupos de trabajo en los que hablaron de sus experiencias vitales y profesionales, de las trabas a las que han tenido que hacer frente en su avance por la igualdad, sin perder su identidad como gitanas. En este sentido, fue aplaudida la intervención de Jelen Amador, una joven gitana abogada y doctora en Sociología quien explicó que tras su paso por la universidad se siente “más gitana porque puedo defender mejor nuestros derechos”.

Barcelona reúne a más de 300 gitanas de toda Europa en el II Congreso Internacional de Mujeres Gitanas

Los próximos 23 y 24 de marzo Barcelona acoge el II Congreso Internacional de Mujeres Gitanas: Las otras mujeres, un evento organizado por la asociación de mujeres gitanas Drom Kotar Mestipen y por el Departament de Treball, Afers Socials i Famílies de la Generalitat de Catalunya y que reunirá en la capital catalana a más de 300 gitanas de toda Europa.

El congreso surge tras la necesidad de continuar trabajando conjuntamente todas las mujeres gitanas para abrir nuevos espacios de reflexión y reivindicación sobre la situación de la mujer gitana alrededor del mundo.

A través de mesas redondas, conferencias y grupos de trabajo, se trabajarán temas de interés y se expondrán experiencias de éxito en relación a ámbitos de trabajo, educación, etc.

Para más información, puedes descargarte aquí el programa.

Se celebra la primera Gala de Premios a Estudiantes Gitanos y Gitanas

Susana Díaz (en el centro) rodeada de los premiados, las organizadoras del evento y otros cargos públicos / Sevilla Actualidad

El Ayuntamiento de Sevilla ha acogido la I Gala de Entrega de Premios a Estudiantes Gitanos y Gitanas, organizada por la Federación de Asociaciones de Mujeres Gitanas (Fakali) y la Asociación de Mujeres Gitanas Universitarias de Andalucía (Amuradi) en un acto que ha sido presidido la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, por la primera teniente de alcalde Carmen Castreño, y por la consejera de Igualdad y Políticas Sociales de la Junta de Andalucía, María José Sánchez Rubio.

La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, ha asegurado durante el acto que la cultura andaluza «no se entiende sin la identidad gitana», a la vez que ha animado a la comunidad gitana andaluza para seguir rompiendo las cifras de absentismo escolar en este colectivo.

Por eso, ha dicho que «la educación nos permite, desde nuestro esfuerzo y talento, llegar al límite de nuestras posibilidades», señalando retos como llegar en 2020 al 99 por ciento de escolarización infantil, o conseguir “romper la barrera de once puntos en el analfabetismo que ahora existe». Díaz ha indicado que el acto ha supuesto «visibilizar lo que es un reto para muchos”.

En el acto se ha realizado un reconocimiento a 29 jóvenes romaníes mediante la primera organización de mujeres gitanas universitarias en el que la presidenta de este colectivo, Beatriz Carrillo, ha dicho que «se antoja necesaria, porque las cifras oficiales en materia educativa referidas al pueblo gitano dictan que el sólo el 1 % accede a la universidad».

«No sabéis la impotencia que nos causa cuando los jóvenes nos comunican que se ven abocados a dejar sus estudios por falta de recursos», ha enfatizado en su discurso Carrillo, «convencida del trabajo de esta federación en pos de políticas específicas, con las que no perder más generaciones por tasas de pobreza y exclusión, convirtiendo además la escuela en un lugar donde nuestra historia y nuestra cultura sean conocidas, amadas y respetadas en los planes educativos. Acabando, en definitiva, con nuestra historia muda para llevarla a los libros de texto».

Ha subrayado que «se acabó que sigamos ocupando las periferias. Ya es momento de ocupar los centros. Ya no somos los gitanos de hace 40 años, cuando se abolió la última ley contra nuestro pueblo. Hoy somos la generación más preparada, con más aspiraciones, que quiere competir en pie de igualdad y ser protagonistas del avance de la sociedad».

Por su parte, la teniente de alcalde del consistorio hispalense, Carmen Castreño, ha lamentado “la discriminación que el pueblo gitano tiene que afrontar todavía hoy” y ha lamentado “los techos de cristal que sobre todo sus mujeres tienen que romper hoy en día” y ha reconocido la trayectoria de los premiados, así como la labor de Fakali, que suponen un impulso “a través de la educación, que es la mejor herramienta para asegurar la igualdad de oportunidades”.

Para Fakali, la cita permite visibilizar a referentes positivos que servirán para estimular las aspiraciones de otros menores, dará prestigio a la identidad gitana y ayudará a eliminar la imagen negativa sobre este pueblo.

Los gitanos junto a Juan José Cortés, el padre de la niña Mariluz

Juan José Cortés, con su hija Mariluz

Los gitanos españoles, vinculados a Union Romani, estarán hoy con su espíritu y su compromiso familiar, en el Congreso de los Diputados junto a Juan José Cortés, el padre de la niña Mariluz, que fue asesinada en Huelva un fatídico 13 de enero de 2008. Hace exactamente 10 años.

Aquel día, un pederasta sin entrañas llamado Santiago del Valle, vio salir a la niña, que tan solo tenía cinco años, de su casa para ir a comprar caramelos a una tiendecita cercana. El criminal la vio desde la ventana de su casa y esperó a que la niña viniera de vuelta. Y para llamar su atención le tiró un muñequito de peluche que la gitanita cogió al tiempo que logró introducirla en el portal del bloque de pisos. Allí intentó abusar de ella. La niña, angelito, se revolvió, y el depravado criminal le dio un golpe en la cabeza que la dejó inconsciente.

El resto ya lo sabemos. Santiago del Valle metió a la niña en un carrito de la compra y le pidió a su hermana que lo acompañara con su coche al Estero del Rincón que es un arroyo marismeño que está cerca de Palos de la Frontera y La Rábida. Allí arrojó el cuerpecito de la niña que todavía estaba viva y que murió ahogada bajo las aguas.

Las víctimas en el Congreso de los Diputados

Dentro de unas horas la presidenta de la Cámara, la señora Ana Pastor, recibirá a Juan José Cortés, así como a los familiares de Diana Quer. Ellos, como los familiares de otros niños desaparecidos asistirán al debate instado por el PNV y apoyado por el PSOE y Podemos para lograr la derogación de la parte de la Ley de Seguridad Ciudadana que recoge la Prisión Permanente Revisable aprobada por el Congreso de los Diputados el 26 de marzo de 2015

La Junta Directiva de la Unión Romani, sin entrar en los fundamentos de carácter jurídico que amparan a quienes apoyan la derogación, o en las razones del mismo carácter que arguyen quienes se oponen a su desaparición, manifiesta que está al lado de las víctimas que han sufrido un quebranto tan irreparable.

Santiago del Valle ya ha cumplido 10 años de cárcel de los 22 a que fue condenado por la Audiencia Provincial de Huelva. Y tenemos miedo de que “pasado mañana” pueda estar en la calle dispuesto a cometer otro crimen. Un pederasta que fue condenado por abusar de su propia hija y que siguió en libertad porque el Juzgado número uno de lo penal de Sevilla no había ejecutado una sentencia firme de cárcel para él.

Desde el primer día, hace diez años, la Unión Romaní estuvo junto a Juan José Cortés y su familia, como hoy lo está en su afán de conseguir que quienes cometen crímenes tan horrendos puedan salir de la cárcel con la facilidad con que ahora salen algunos condenados. Nos espanta oír a presuntos asesinos como el llamado “El Chicle”, acusado de la muerte de Diana Quer, que en “siete años ya estaré en la calle”.

Nosotros apostamos por el mantenimiento de la Ley tal como está vigente en estos momentos y urgimos al Tribunal Constitucional a que se manifieste cuanto antes sobre los recursos que tiene pendientes.

Ciencia y educación versus Mujer Gitana

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Es justo afirmar que la mujer gitana es “La Educación”, en mayúsculas; es el eslabón más fuerte, férreo y, a la vez flexible, de nuestra comunidad. Las mujeres gitanas contamos con una gran capacidad de resiliencia y una flexibilidad necesaria para desarrollar la habilidad de encontrar subterfugios que sortean los obstáculos y las discriminaciones presentes en la vida cotidiana de cualquier persona gitana. ¡Inteligencia en estado puro!

A pesar de las grandes dificultades pasadas y, por desgracia, aún presentes para todas las mujeres del mundo, en esta sociedad patriarcal de carácter universal, a nosotras también nos salpica e impacta en mayor grado. Viéndose afectadas nuestras capacidades de reacción, aun así la mujer gitana ha sido capaz de regenerarse, logrando estar presente a lo largo de la historia en aquellos ámbitos reservados y acotados por y para los hombres. Espacios donde fluía el maná del conocimiento, del desarrollo social, personal, sensorial y cognitivo; el arte, la literatura, la música, la toma de decisiones y el acceso a la educación… todos esos lugares tan inaccesibles han sido conquistados por mujeres gitanas. Si a todo esto le añadimos la doble discriminación (gitana y mujer), estamos hablando de superheroínas. Un botón de muestra, son mujeres gitanas de la talla de:

Nina Alexandrovna Dudarova (1903-1992). Poeta, maestra, escritora. Autora de la primera cartilla de lengua romaní en 1928. Directora del Club Cultural Estrella Roja y cofundadora del Teatro Romen de Moscú en 1931.

Bronisława Wajs (1910-1987), Papusza (La Muñeca). Poeta y cantante con más de 30 colecciones a su nombre traducidas a diferentes idiomas.

Ceija Stojka (1933 -2013). Escritora, pintora y música, que consiguió sobrevivir al Holocausto nazi.

O nuestra trasgresora Carmen Amaya (1918-1963), “La Capitana”. Bailaora, flamenca, artista, un mito universal que fascinó al mundo con su arte.

Cabe destacar que en España en el 1900 la tasa de analfabetismo femenino de la población en general se situaba en un 71,4%, mientras que el masculino era algo más de la mitad, el 55,8%. Durante este período hubo algunos avances respecto a la educación femenina pero seguía existiendo una diferencia significativa, en muchos casos la formación era inferior a los seis meses y la asistencia continuada se veía afectada por las obligaciones familiares o la necesidad de contribuir a la economía familiar, niñas sirviendo en las casas, limpiando suelos o trabajando en granjas.

Las mujeres se fueron incorporaron gradualmente al sistema educativo, desde la escuela primaria como en las instituciones de educación superior. No fue un proceso sencillo y rápido puesto que en la España del momento predominaba el modelo conservador que no contemplaba la necesidad de capacitar al género femenino con un grado de educación suficiente, ni la inserción en el mundo laboral remunerado. El número aproximado de mujeres matriculadas en 1919-1920 fue de 345, siete años después esta cifra asciende a 1.681 para el curso 1927-1928, representando el 4,2% del total del alumnado universitario.

Por esta razón, es de justicia social recordar que la inserción en la enseñanza obligatoria de la comunidad gitana fue hace apenas 40 años. Pero, con esta realidad en el sistema educativa, ¿qué resultados de éxito cabía esperar?

Pues podemos presumir que el pueblo gitano avanza y que nuestras hermanas gitanas en la actualidad forman parte activa en esa carrera de fondo, liderando posiciones ganadoras hacia y en el pódium de “la equidad educativa de género”.  Todo ello a pesar de innumerables dificultades, del contaminante residual en las instituciones sociales, propagado por el virus letal del antigitanismo y de una sociedad global patriarcal.

Hoy, el éxito educativo universitario entre las mujeres gitanas es un hecho; abogadas, doctoras, sociólogas, antropólogas, maestras, psicólogas, economistas, politólogas, periodistas… pero también activistas, empresarias, trabajadoras, limpiadoras, vendedoras, camareras, peluqueras, etc. Sin que ello suponga un “conflicto cultural” con el género masculino más allá del que pueda ocurrir en el seno de cualquier hogar, familia o comunidad payas.

El verdadero conflicto es sin duda con algunas instituciones, contra esos gigantes del monopolio del “saber”.  En la actualidad más reciente nos podemos encontrar como muestra la iniciativa de campaña social de protesta y repulsa frente la acepción de “trapacero”, término usado por la RAE (Real Academia de la lengua española) para definir la palabra “gitano”. Una batalla sin precedentes liderada por el tercer sector, con la colaboración y el soporte de la opinión pública y de los medios de comunicación para conseguir la eliminación de tan degradante y discriminatoria definición hacia el pueblo gitano, la cual no ha hecho más que poner al descubierto la terrorífica normalidad con la que se ven vulnerados los derechos de la comunidad gitana, la minoría cultural más castigada y estigmatizada de España en pleno siglo XXI.

Por todos estos motivos, es necesario que se implementen con eficacia políticas públicas que promuevan acciones y espacios de coproducción en el diseño de metodologías y modelos positivos hacía aspectos que hasta ahora no han sido tenidos en consideración, para lograr la equidad social. Las mujeres arrastramos una sobrecarga estructural histórica, víctimas de variados mecanismos de control, de regulación, de normalización, correctivos, a las políticas que se ejercieron históricamente y se ejercen hoy sobre la vida, día a día, con variados disfraces.

Reconocer la sobrecarga de la que todas somos portadoras y agruparnos para defender la vida, abre canales que nos permiten desarrollar potencias de vida que fluyan en propiciar el bien común y universal.

Fakali organiza la primera gala de entrega de premios a estudiantes gitanos y gitanas

Fakali-Amuradi organiza el próximo miércoles 14 de marzo, en el Ayuntamiento de Sevilla, la I Gala de Entrega de Premios a Estudiantes Gitanos y Gitanas. Un evento dedicado a 29 jóvenes gitanos y gitanas referentes que cuenta con el apoyo financiero de la Consejería de Igualdad y Políticas Sociales de la Junta de Andalucía y la Fundación Unicaja, y en el que participarán María José Sánchez Rubio, consejera de Igualdad y Políticas Sociales, y Carmen Castreño, primera teniente alcalde del consistorio hispalense.

Este reconocimiento público servirá tanto para visualizar e impulsar sus trayectorias académicas y formativas como para estimular las aspiraciones de muchos otros niños y niñas gitanas, dando prestigio a la identidad gitana y contrarrestando la imagen deformada que existe en nuestra sociedad del pueblo gitano.

Convencidas de que la educación es la mejor vía de promoción, Fakali-Amuradi, la primera ONG fundada por Mujeres Gitanas Universitarias en 2001, dedica sus esfuerzos a la protección y el fomento educativos de la infancia y la juventud gitanas, que muchas veces han visto frustradas sus aspiraciones académicas y formativas por la desigualdad en la que viven muchas de sus familias.

París muestra cómo la fotografía alimenta los prejuicios sobre los gitanos

Expuesta en la muestra, esta fotografía antropométrica de 1908 retrata a la gitana M. López y pertenece al Servicio Central Fotográfico del Ministerio del Interior

Detrás de los estereotipos que existen sobre las comunidades gitanas se encuentran fotografías que les retratan como individuos errantes, fascinantes y peligrosos, como muestra la exposición «Mundos gitanos. La fábrica de imágenes», presentada en el Museo Nacional de la Historia de la Inmigración de París.

Álbumes de fotos, postales, instantáneas en blanco y negro o portadas de revistas de entre 1860 y 1980 presentan la evolución de la visión sobre estas comunidades denominadas de múltiples formas, como gitanos, romaníes o «pueblos itinerantes».

Desde finales del siglo XIX, los fotógrafos se han encargado de reproducir los prejuicios que definen a los gitanos como un pueblo extranjero y peligroso, invitándoles a posar con violines y guitarras o inmortalizándoles junto a sus tiendas de campaña y sus caravanas de madera.

«La idea es mostrar cómo las fotografías han construido los estereotipos y las imágenes que tenemos sobre estas comunidades», dijo a la prensa uno de los comisarios de la exposición, Mathieu Pernot.

Así, la colección está repleta de imágenes pintorescas de gitanos acompañados de osos y monos domesticados o mujeres con joyas y vestidos largos posando frente a paisajes como la Alhambra de Granada.

Para los comisarios de la exposición, estas imágenes quedan ancladas en el imaginario colectivo y legitiman la exclusión y las políticas de control que sufrieron estas comunidades en países como Francia, donde a finales del siglo XIX se les clasificó en «vendedores ambulantes», «feriantes» y «nómadas».

La exposición recoge también numerosas fotografías de los archivos policiales e imágenes de algunos de los campos de internamiento franceses por los que pasaron unos 6.500 «nómadas» entre 1940 y 1946.

Aunque la discriminación continuó tras la guerra, a partir de 1950 algunos fotógrafos comprometidos documentaron las transformaciones del mundo de estas «comunidades itinerantes», que cambiaron las carretas de madera por modernas caravanas y renovaron sus oficios.

La muestra, que se podrá visitar hasta agosto, reivindica que «los actores de esta historia no son solamente víctimas o sujetos pasivos» sino que siempre han participado en la economía y la cultura de múltiples formas, como ilustra una de las salas, llena de escenas de familias gitanas de México, Suecia, Rumanía, España, Turquía o Siria.

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