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Los gitanos no somos de fiar. Eso es el antigitanismo: “En este restaurante los gitanos pagáis por adelantado”

En la imagen Agustin Sanchez, que sufrió un abuso en un restaurante del centro comercial de la maquinista por su etnia gitana. Foto: Massimiliano Minocri

Agustín Sánchez quería celebrar con unos amigos que había aprobado la selectividad. Así lo refiere: “Llamé por teléfono al restaurante de un centro comercial y dije que seríamos 14. Me dijeron que por las restricciones del covid-19 tenían que colocarnos en dos mesas distintas. Cuando llegamos y vieron que somos gitanos nos dijeron que teníamos que pagar por adelantado porque ya habían tenido problemas con ‘gente como nosotros’”, lamenta Agustín Sánchez, un joven estudiante de periodismo del barrio de la Mina.

Ante semejante discriminación Sánchez pidió la hoja de reclamaciones. No se la dieron. Llamó a los Mossos y una patrulla se acercó al lugar. “Tampoco nos solucionaron nada. Llegaron a excusar al restaurante diciendo que no podíamos rellenar una hoja de reclamaciones porque todavía no habíamos consumido. Fue horrible, me sentí abochornado, humillado, con clientes mirándonos mientras los del restaurante decían que esas eran sus normas”.

No son “las normas”. Las normas, por su carácter de reglas jurídicas, están supeditada a la Constitución cuando se establecen con el propósito de regular comportamientos para mantener un orden determinado, o son articuladas para establecer las bases de un comportamiento aceptado dentro de una sociedad u organización. Las normas no se inventan, ni siquiera para mantener una pretendida seguridad, ―en este caso pagar antes de que te sirvan la comida, porque si no pagas antes, no comes― cuando se violan otras normas, estas sí, que son las que dimanan del ordenamiento jurídico legalmente establecido.

Nadie puede establecer “sus normas” cuando estas son desproporcionadas, antijurídicas, discriminatorias o están destinadas a proteger un determinado status de alguien en contra de un grupo de personas en concreto. El establecimiento que negó la comida al grupo que encabezaba Agustí, y no al resto de comensales que estaban en el local, será objeto del reproche penal que le corresponda.

https://elpais.com/espana/catalunya/2021-02-28/en-este-restaurante-los-gitanos-pagais-por-adelantado.html

Sueños y sombras sobre los gitanos. La actualidad de un racismo histórico

Diputado por Tarragona del Grupo Parlamentario confederal de Unidas podemos

«El lenguaje antigitano anuda, en una interacción viscosa, la degradación moral, la minorización racial y la alusión criminal. El gitano y la gitana serían eternamente malos, y lo serían por naturaleza, y por tanto inmutablemente culpables: tal es el marco racista desde el que se interpreta al arquetipo de «lo gitano». Por supuesto, el antigitanismo acepta excepciones, y la sociedad dominante no deja de celebrarlas. Mas tras el elogio a cada excepción, se encuentra de fondo esa sombra: cuánto vale este sujeto que, pese a ser gitano, es bueno, y por tanto es inocente, quizá contra su naturaleza y su cultura.»

José Luís Moreno Pestaña

En este libro Ismael Cortés nos plantea que las múltiples formas de discriminación contra el pueblo gitano: exclusión, marginalidad y pobreza, son posibles gracias a un sistema simbólico de jerarquización étnico-racial: el antigitanismo. Este sistema simbólico tiene fuerza de ley, es decir, tiene la capacidad de regular las relaciones entre las personas gitanas y no gitanas, tanto en el nivel social como en el nivel institucional. Desde una dimensión histórica, institucional y mediática se repasan los diversos mecanismos que permiten la discriminación de las y los gitanos en el Estado español y los elementos que pueden posibilitar el fin de esta discriminación.

Patricia Caro: «El antigitanismo mutila una parte de la identidad española»

Patricia Caro, finalista del Premio Avanzadoras 2020.Jorge París | Jorge Paris

Patricia Caro tiene 38 años y lleva casi veinte defendiendo los derechos de las mujeres, especialmente de las romaníes, y promoviendo alianzas para fomentar el empoderamiento y los espacios que sirvan para compartir y facilitar la ayuda contra la discriminación y la opresión. Esta psicóloga cofundó la Asociación de Mujeres Gitanas Feministas por la Diversidad y organizó el primer encuentro de mujeres romaníes europeas en la Eurocámara, donde se lanzó la I declaración sobre todas las formas de violencia contra las mujeres y niñas de este colectivo. 

Empezó a defender a las mujeres gitanas cuando se dio cuenta de la discriminación que sufren todas. “El ser consciente de que la situación de desigualdad de las mujeres romaníes es sistemática. Me pasa a mí, a mi prima, a mi amiga, a una gitana de la otra punta de España o de la otra punta de Europa. Todas vivimos cosas muy parecidas. Y entiendes que la única manera de enfrentar todo eso es de forma coordinada, colectiva” explica Caro.

A la pregunta clásica sobre si sigue existiendo mucho antigitanismo en nuestro país, la investigadora comenta que “El antigitanismo en España es la forma de discriminación más hostil y más fuerte de todas las que hay. Diferentes datos oficiales, del Ministerio de Interior y del CIS, muestran que la discriminación gitana duplicó en 2014 y 2016 a la ejercida hacia las personas migrantes en temas como vivienda, empleo, relaciones personales y educación. Y no solo eso, sino que mientras la discriminación hacia la población migrante va en descenso, hacia la romaní aumenta”.

Sobre el tema más polémico que enfrenta a los socios del gobierno en España, la Ley de Igualdad de Trato, Caro opina que tiene muchas debilidades y que no nombra a los gitanos. “Mi única esperanza es que el PSOE abra sus miras porque tiene muchas debilidades, la primera que no es una ley orgánica. Todas las leyes que regulan la igualdad entre las mujeres y los hombres payos son orgánicas porque tratan sobre derechos fundamentales y la única ley que se pretende que sea antirracista es administrativa, es decir, la de menor rango”.

Y sobre si el Pueblo Gitano está integrado en la sociedad o no, Patricia Caro tiene una opinión clara y firme. “No creo que sea cuestión de integración. Nadie quiere integrarse en una sociedad racista. Se trata de cambiar los criterios de construcción de una sociedad moderna, abierta y plural del siglo XXI. Tenemos que entender que no somos grupos separados. Formamos parte de la misma sociedad. Muchas veces se olvida que somos españoles. El antigitanismo es destructivo y antipatriótico, supone mutilar una parte de tu propia identidad. Ese debería ser el primer cambio a nivel de conciencia colectiva. Necesitamos un proceso de sanación de todo esto”.

Leer más:

https://www.20minutos.es/noticia/4598237/0/patricia-caro-finalista-avanzadoras-antigitanismo-mutila-parte-identidad-espanola/

Ha muerto Gennaro Spinelli, uno de los últimos testigos del Samudaripen

Golpeado por un infarto después de contraer Covid Fue uno de los últimos testigos del Samudaripen, el exterminio de los pueblos romaní y sinti por parte de los nazis. Muchos, ahora, en Lanciano, lloran la muerte de Gennaro Spinelli, a los 83 años. Fue abatido por un infarto tras contraer el coronavirus. Fue el padre del músico Alexian Santino Spinelli, así como de Anna Rosa, Amelia, Antonietta y Adele.

Durante la Segunda Guerra Mundial, a la edad de 6 años, Spinelli, junto con su familia, fue internado y llevado por los fascistas a un campo de concentración en Bari. Sus testimonios sobre la violencia gratuita y la crueldad perpetrada contra su pueblo también se han contado en un documental sobre el genocidio de los pueblos romaní y sinti. En Lanciano fue uno de los principales invitados a la inauguración, en 2018, del monumento al Samudaripen, el holocausto de medio millón de gitanos y sinti. Con su hijo Santino depositó una corona de laurel en la capilla romaní, la segunda en Europa después de la de Berlín.

“Mi padre me enseñó el amor por la música y el respeto a todo ser humano – dice con sentimiento su hijo Santino -. Aunque deportado por los fascistas a los seis años, nunca mostró odio ni resentimiento, pero nos enseñó a amar y respetar”

Fuiste «la razón para volver de cada viaje / el pensamiento del hogar en tus ojos / el amor que … puede hacerlo todo. Me enseñaste la belleza de la palabra familia»: Este es el saludo de su nieto Gennaro, violinista, quien agrega: «¡Te has apagado solo en el cuerpo, vivirás en cada una de mis acciones! Tu nombre está en mí, siempre lo estará… Adiós, abuelo». El funeral tendrá lugar en la Catedral de Lanciano, en Piazza Plebiscito, en cumplimiento de la normativa anti Covid. 25 febrero 2021

https://www.abruzzolive.tv/cronaca/lanciano-morto-gennaro-spinelli-it29508.html

El presidente Companys nombra a un gitano jefe máximo de los Mozos de Escuadra

Tal día como hoy del año 1936, hace 85 años, el presidente Lluís Companys (que había sido amnistiado y rehabilitado en el cargo por el nuevo gobierno de la República tras la condena a años de prisión por los Hechos del Seis de Octubre de 1934) nombraba a Félix Gavarri Hortet comandante en jefe del cuerpo de los Mossos.

Según las fuentes documentales, Gavarri era teniente coronel de la Guardia Civil, era amigo personal del presidente Companys y era gitano. De este modo Gavarri, nacido en Zaragoza en 1886 e hijo de padre aragonés y madre catalana, se convertía en la primera persona de la comunidad gitana que pasaba a ejercer un cargo de alta responsabilidad en la administración de la Generalidad.

También, según las fuentes documentales, ejerció el cargo durante los difíciles meses de la revolución anarquista (agosto, 1936 – mayo, 1937) y contribuyó, decisivamente, a la recuperación del control gubernamental del orden público. Otras fuentes documentales y orales afirman que Gavarri era amigo personal del presidente Companys desde los años de juventud.

Gavarri ejerció el cargo hasta la remodelación de mayo de 1937. Posteriormente continuó ejerciendo otras funciones de mando en el cuerpo de los Mossos, pero no acompañó al presidente en el exilio (enero, 1939). En cambio, otras fuentes revelan que fue detenido y encarcelado por el régimen franquista y condenado a 30 años de reclusión.

https://www.elnacional.cat/ca/efemerides/marc-pons-companys-gitano-mossos-esquadra_586509_102.html

Resistencias gitanas

La palabra que mejor define al Pueblo Gitano a lo largo del tiempo, el espacio y las circunstancias, es resistencia. De ahí el título de esta obra: Resistencias gitanas es un ensayo muy bien documentado que nos acercará a la historia desde una mirada nueva, la de los ojos de sus protagonistas. Lo hace a través de sus biografías, que ponen en valor a este Pueblo y a sus referentes.

Silvia Agüero (Madrid, 1985) creció en Vallekas (sí, sí, con k) con una familia paya de ideología antigitana. Tomó conciencia de lo que suponía pertenecer al Pueblo Gitano y creó una asociación intercultural dirigida por personas gitanas. Autodidacta, trabajó en la radio comunitaria Radio Vallekas y colabora habitualmente en Pikara Magazine.

Nicolás Jiménez (Madrid, 1968) se crió en el gueto de El Pozo del Tío Raimundo. Es licenciado en Ciencias Políticas y Sociología en la Universidad Complutense y ha sido profesor-lector en la Universidad de Alcalá. Ha trabajado para diferentes asociaciones y federaciones gitanas españolas y participado en diversos foros y redes; también internacionales. Ha publicado algunos artículos académicos en relación con la historia, cultura y lengua gitanas.

Ambos, comparten activismo, un blog que pretende gitanizar el mundo, una hija y la vida.

El libro se vende a 20 € en papel y a 4 € en formato digita. Se puede adquirir en cualquier librería, en libros.com, y en la tienda online de los autores (incluye envío).

Los estudiantes gitanos que cursan estudios postobligatorios pueden solicitar la ayuda PIGP para el curso 2020/2021

La Generalitat de Cataluña abre hoy mismo, y hasta el próximo 5 de marzo a la medianoche, el plazo para presentar la solicitud a la segunda convocatoria de ayudas de carácter económico para estudiantes gitanas y gitanos que cursen estudios postobligatorios (AYUDA PIPG) (curso 2020-2021).

El objeto de esta convocatoria es otorgar ayudas económicas desde el Programa del Pueblo Gitano y la Innovación Social que, bajo el principio de igualdad de oportunidades, facilitan el acceso y la continuidad de personas gitanas en los estudios postobligatorios.

Os dejamos aquí las bases de la ayuda que se deben leer atentamente antes de solicitarla.

El formulario de solicitud de Ayuda PIPG lo encontraréis en el enlace siguiente:

https://forms.office.com/pages/responsepage.aspx?id=3ceuow7tveombv9yu2dv7gl3_x60vvxhuuxlokx6jwzun0djmvbwm1fstk1anfg1merrrudtnk9gsi4u

MUY IMPORTANTE: si ya solicitasteis la Ayuda PIPG a la primera convocatoria y vuestra solicitud se aplazó, no os tenéis que volver a presentar ahora a la segunda convocatoria. Vuestra solicitud será evaluada automáticamente.

Para dudas y consultas, se puede mandar un email al correo poble.gitano@gencat.cat.

Hoy hace cuarenta años que…

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Sí, el día 23 de febrero se cumplen cuarenta años del intento de golpe de estado encabezado por el teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero Molina. Entró en el Congreso de los Diputados al frente de un grupo de guardias civiles con la idea de acabar con la frágil democracia conseguida ejemplarmente por el pueblo español ―después de 40 largos años de dictadura.

Efectivamente, hoy hace 40 años que yo di un salto en mi escaño del Congreso de los Diputados al oír un ruido extraño que parecían disparos y que provenía de alguna estancia cercana al hemiciclo.

Hoy hace 40 años que Leopoldo Calvo Sotelo vio frustrada su elección para ser presidente del Gobierno porque en el momento en que el secretario de la Cámara pronunció el nombre de Carlos Navarrete, diputado por Huelva, para que emitiera su voto a favor o en contra, irrumpió en el hemiciclo un guardia civil, pistola en mano, que ante nuestra sorpresa subió la escalerilla que conduce a la tribuna de oradores y desde ella, apuntándonos amenazadoramente, nos lanzó el mandato más humillante que pudiésemos soportar: “¡Todo el mundo al suelo!”.

Hoy hace 40 años que mis oídos oyeron por primera y única vez como suenan los disparos de las pistolas y las ráfagas de las metralletas. Antes solo los conocía por las películas del Oeste o por las escenas bélicas que aparecían en la TV. Luego supimos que se encontraron más de 40 balas de las cuales 23 impactaron en el techo y 13 en la zona de tribunas, a escasos centímetros de las cabezas de los diputados sentados en las últimas filas.

Hoy hace cuarenta años que pensé que había llegado la hora de mi muerte. Apretujado contra el suelo y sobre el cuerpo de mi compañero, diputado como yo por Almería, José Antonio Amate, esperé aterrorizado el momento en que alguna bala me atravesaría la espalda acabando con mi vida. Mi temor estaba justificado porque habíamos visto a algunos de los asaltantes subidos a la platea donde se instala el público invitado a asistir a los debates parlamentarios. Desde allí arriba éramos un blanco perfecto para quienes hicieron escupir fuego por los cañones de sus ametralladoras. Mi pensamiento, él último de lo que creía que era el final inminente de mi vida, fue para mis tres hijos aún muy pequeños ―los otros tres todavía no habían nacido―. Sus caritas estuvieron en la retina de mis ojos mientras duraron los disparos.

Hoy hace 40 años que estuve a punto de hacerme pis porque el guardia que controlaba los lavabos no me dejaba moverme de mi escaño. Llevábamos más de 10 horas encerrados. Sobre las dos de la madrugada le dije que estaba al límite y entonces me permitió quedarme en la puerta del servicio donde otros guardias, metralletas en ristre, apuntaban a los diputados mientras estos, en pie, ocupaban los mingitorios.

Hoy hace 40 años que le pedí al Dios de los rayos y las tormentas que cuidara de la red eléctrica del Congreso. Nueva dosis de pánico. Las luces empezaron a parpadear. Alguien le dijo a Tejero que los potentes focos del hemiciclo no podían permanecer tanto tiempo encendidos, lo que motivó que el golpista diera orden de amontonar las sillas de las estenotipistas sobre la mesa que hay en el centro del salón y que si se apagaban las luces les prendieran fuego. Aquello habría sido un infierno. Los guardias tenían orden de disparar contra las personas que se acercaran a las puertas de salida. Pero nuestro Dios cristiano o el Zeus mitológico del cielo, del rayo, del relámpago, del trueno y de la luz cuidaron de nosotros y mantuvieron las lámparas encendidas.

Por fin se acabó el secuestro

Hoy hace cuarenta años desde que a las seis y media de la tarde del 23 de febrero entraron los golpistas en el Palacio del Congreso, y a las 12 y media del día siguiente el jefe de los guardias se entregaba a la policía militar que se lo llevó detenido. Fueron 18 horas de secuestro. Toda una noche en vela pendientes de las noticias que en voz baja nos llegaban desde el transistor que escondía Fernando Abril Martorell pendiente de la Cadena SER. Toda una noche sin pegar ojo habiendo injerido tan solo un vaso de agua y un par de terrones de azúcar que nos trajo una enfermera.

Hoy hace cuarenta años que los guardias civiles salieron del Congreso por las ventanas huyendo del “escenario del crimen” en cuya representación la mayoría de ellos habían participado sin saber a ciencia cierta cual era su papel. Tejero firmó el “pacto del capó” antes de entregarse pidiendo que quedaran libres de culpa todos los guardias de tenientes para abajo.

Hoy hace cuarenta años que cogí el primer taxi que pasó por las cercanías del Congreso para que me llevara urgentemente al aeropuerto. Quería volar a Barcelona, en el puente aéreo, para ir a colegio Rius y Taulet de la Plaza Lesseps donde estudiaban mis hijos.

Mi llegada al colegio la pueden imaginar. Salió el director y algunos profesores para saludarme e interesarse por los acontecimientos. Yo les pedí que, por favor, me trajeran a mis hijos. Así aconteció el reencuentro:

El mayor, de nombre Juan de Dios, tenía a la sazón nueve años. Cuando me vio dio saltos de alegría manifestando su alborozo por lo que él consideraba una victoria. “Bien, papá, bien. Les habéis ganado a los guardias. El profesor nos ha dicho que los diputados erais más fuertes. ¡Qué alegría, papá!”

A continuación, abracé a mi niña, Carmen. Siete años. La veía seria, muy seria, pero estaba contenta. Había sufrido porque los profesores decían que los diputados estábamos secuestrados. Y ella sabía que su padre estaba entre ellos.

Y por fin apareció Israel ―”Cucho”, para nosotros―. Tenía solo cuatro añitos. Lo traía de la mano su profesora diciéndole “vas a ver a tu padre”. Cuando el niño me vio dio una carrera lanzándose a mi encuentro. Lo cogí en brazos, lo apreté contra mi pecho y fue entonces cuando rompió a llorar desconsoladamente. Traté de calmarle lo mejor que supe hasta lograr que se tranquilizara. Fue entonces cuando le pregunté por qué lloraba con tanto desconsuelo. Su respuesta me partió el alma como me la sigue rompiendo después de 40 años:

― Es que, papá, en mi clase los niños decían que te habían matado.

Creo que fue en aquel momento cuando prometí que jamás perdonaría a los golpistas por las lágrimas y el sufrimiento que causaron a un niño de cuatro años a quien le habían dicho que habían matado a su padre.

Por fin en Almería

De nuevo tomé el primer avión disponible para ir a Almería. Tenía necesidad de ver a mis compañeros, a mis amigos y a los ciudadanos de aquella tierra donde he pasado las horas más felices de mi vida política. Yo quería verlos, saludarles y quería también que ellos me vieran. Quería que, con mi presencia, andando por el Paseo que va desde la Puerta Purchena hasta la plaza de Emilio Pérez comprobaran que uno de sus diputados estaba libre y que, en consecuencia, el golpe de estado no había triunfado.

Al amparo de la Guardia Civil

En el Paseo de Almería está la céntrica farmacia del Dr. Navarro, padre de mi amigo y compañero Joaquín, magistrado de la carrera judicial y a la sazón cabeza de lista de quienes integrábamos la candidatura del PSOE al Congreso de los Diputados. El Dr. Navarro era un personaje muy peculiar. Yo entré muchas veces en su farmacia para saludarle alucinando de ver en persona a un hombre de quien su hijo me había contado historias increíbles.

―Ni mi padre ni mi madre ―me dijo en más de una ocasión― comprenderán nunca que yo sea un diputado socialista. Piensa que mi padre dice que don Manuel Fraga es comunista.

Pes bien, hoy hace cuarenta años que yo crucé ante la puerta de la farmacia del Dr. Navarro y él me vio pasar. Salió rápidamente para saludarme cariñosamente y preguntarme como me encontraba. Le dije que bien, pero que no le iba a negar que en algún momento pasé miedo. Entonces, tomándome cariñosamente por el bazo, me dijo lo siguiente:

― Hijo mío, yo me imaginaba que lo estarías pasando mal, pero en el fondo estaba tranquilo porque sabía que no te pasaría nada. Te contaré lo que hice: Cuando supe que era el teniente coronel Tejero quien estaba al frente de la operación, cogí el teléfono y llamé al Congreso de los Diputados. Supongo que se pondría algún guardia a quien le dije:

“Soy el Dr. Navarro de Almería. Dígale al Teniente Coronel Tejero que se ponga al teléfono urgentemente que necesito hablar con él”. Efectivamente, al cabo de unos minutos Tejero estaba al otro lado del teléfono.

“A sus órdenes, Dr. Navarro. Dígame en qué puedo servirle”.

No le entretendré mucho, mi coronel ―le dije respetuosamente― quiero hablarle del diputado Juan de Dios Ramírez Heredia, que es una buena persona y muy amigo de mi hijo Joaquín. Ambos fueron diputados en la anterior legislatura y yo le tengo afecto como si fuera mi hijo. Le ruego que no le pase nada malo. ¿Y sabes cuál fue su respuesta?

― Pues no lo sé, Dr. Navarro ―le dije alucinando de lo que estaba oyendo.

Me dijo lo siguiente: “Esté usted tranquilo porque el diputado Ramírez-Heredia queda bajo mi personal protección”.

¡Chúpate esa!

Comienza el derribo del poblado de La Junquera, en Muros

La Voz

El Gobierno de Asturias acometió el derribo del poblado de La Junquera, ubicado en San Esteban de Pravia, en el concejo de Muros de Nalón, cuyo coste asciende a 9.800 euros, según ha informado el Gobierno regional.

Todas las personas que vivían en los ocho módulos prefabricados demolidos ya han sido realojadas en otras viviendas que disponen de las condiciones básicas de habitabilidad y, en una segunda fase, se acometerá el derribo de los cuatro módulos que quedan en esta zona, en los que residen otras cuatro familias.

El Principado ha llevado a cabo actuaciones de este tipo en los últimos años en los poblados de El Cascayu (Oviedo), Piñeres (Carreño) y Cabanzona (Llanes).

Se trata de una línea de trabajo incluida en el Plan Asturiano de Vivienda, en el apartado de garantía habitacional y lucha contra la exclusión social.

«Con el derribo de estos poblados y el realojo de todas las personas que viven en ellos trabajamos en favor de la eliminación de guetos y por una integración total de las familias gitanas», ha señalado el director general de Vivienda, Fermín Bravo.

También ha explicado que este tipo de áreas, que comenzaron a instalarse a finales de los años 90, derivan en la segregación de la población.

«Los módulos prefabricados no disponen de la infraestructura básica que garantiza el confort de una vivienda y nuestra prioridad es garantizar que cada vez que se lleva cabo un derribo de este tipo, se realoje a las familias que habitan en los poblados”, ha agregado Bravo.

https://www.lavozdeasturias.es/noticia/asturias/2021/02/05/comienza-derribo-poblado-junquera-muros/00031612517864166503103.htm

No es el cielo que yo quiero

Lola Flores, en el espot de Cruzcampo
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Todos hemos visto con sorpresa como se ha «revivirtualizado» a la gran Lola Flores para piropear nuestro «acento» andaluz, entendiéndolo no solo como nuestro deje al hablar sino como una dichosa actitud ante la vida. Pero en ese acento eché en falta más realidad nuestra, más cultura y folclore, es decir, más alma andaluza (aparte ese artilugio no es tan original porque eso ya lo hacían los padres de Superman hace 40 años).

Nadie duda que Andalucía es luz, mar, ganas de vivir, alegría, estoicismo ante la desgracia, pero, sobre todo, es gloria cultural que en eso somos los capitanes de la historia de España. Comprendo que la propaganda empresarial en una economía de mercado no entiende de barcos, pero yo tampoco y por eso no me voy a dejar embaucar con ese spot publicitario como le ha ocurrido a tanta gente que ha picado el anzuelo debido a la admiración a Lola Flores; hablar de alma andaluza reviviendo a esta artistaza para vender cañas me ha parecido no solo frívolo sino extremadamente traidor; ya está bien de tapar nuestra grandeza con tanta tapa. Antes de ir al bar hay mucha literatura, mucha ciencia, mucha mano de obra y por supuesto, mucho arte. Aunque quizá, no puedo negar que hayan sido coherentes; si vendes alcohol no pega hablar de cultura y más aún cuando la realidad dice que el acento del que se hincha de cerveza no es andaluz ni gallego ni inglés sino balbuceante.

En el plano ético me he sentido triste porque ese anuncio apuñala nuestras costillas espirituales. Andalucía siempre nos ha enseñado el respeto a los muertos. Y me voy a poner hasta metafísico porque yo en mis adentros sureños creo que todo esto trae mal fario. Pero una mala pata muy real; se ha revivido a Lola poniendo palabras en su boca que nunca dijo. Y muchos, si no nos explican lo ocurrido, hubiéramos creído que la genial artista grabó ese video. Pues como eso, ¡que de cosas pueden hacer con fines particulares y o tendenciosos! Y no me llamen antiguo porque a lo mejor, lo que estoy es anteponiéndome a serios problemas que nos vamos a encontrar si recrear a los muertos no se regula con seriedad.

Esto no es moco de pavo ni yema de huevo sino una futura fuente de conflictos entre personas vivas y coleando. Aparte de todo esto me voy a poner más del sur todavía (y, por tanto, disculpen, más pasional): todos tenemos recuerdos de nuestros seres queridos y en la soledad de nuestra estancia, unos nos arrodillamos y otros miramos a la inmensidad para recordar cómo fueron y pedimos a Dios o a las estrellas volverlos a ver algún día y abrazarlos. Pero de nuevo de verdad. Pero por dinero no podemos fabricar un cielo digital porque eso, al final, mata nuestra esperanza y en última instancia nuestra humanidad. Un ordenador, no es el cielo que yo quiero. Y Andalucía tampoco.

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