11.03.2002 / Las organizaciones
‘Greek Helsinki Monitor’ y ‘Minority Rights Group-Greece’
condenaron el asesinato de un joven gitano por parte de un agente
de policía en Zefyri (Ática), en la noche del 24 de octubre del
pasado año. Estas organizaciones hacen un llamamiento a la Policía
y a la Justicia griegas para que procedan expeditivamente a la
imputación de responsabilidades y al castigo del autor del
crimen, de acuerdo con la gravedad de éste; en contraste con la
práctica de impunidad generalizada hasta ahora, tal como ocurrió
en los casos de los asesinatos de los gitanos Tasos Mouratis (en
1996) y Angelos Celal (en 1998), ambos perpetrados por agentes de
policía. Igualmente, celebran la declaración del alcalde de
Zefyri, Apostolos Zervas, ya que la consideran “llena de
sensibilidad hacia los romà residentes en su municipio”. Por último,
condenan la cobertura que la Agencia de Prensa Estatal de
Macedonia hizo de la noticia, consistente únicamente en constatar
que había habido “una persecución” y “un intercambio de
disparos”, al parecer con el fin de justificar el acto del
agente de policía. Esto, afirman, supone continuar con la tradición
de incriminar a los gitanos en muchas de las noticias de prensa
donde aparecen.
Según el Informe de Prensa de la Dirección General de
Policía de Ática correspondiente al día siguiente a los hechos,
a las 20:00 horas del día 24 de octubre de 2001, Marinos
Christopoulos, un gitano de 21 años de edad, se negó a detenerse
en un control de carretera, aceleró su coche y, de acuerdo con la
declaración de los agentes de policía, trató de atropellarlos.
Uno de los agentes, el agente de policía de la Brigada
de Emergencia Georgios Tilianakis, “reaccionó instintivamente y
disparó una vez contra el coche con su arma reglamentaria, con el
resultado de que el conductor fue mortalmente herido”. Teniendo
en cuenta que la emisión televisiva mostraba que la bala había
golpeado la parte superior izquierda del parabrisas, en el lado
del conductor, puede deducirse con facilidad que el agente de
policía, en lugar de tratar de evitar el coche, disparó para
inmovilizarlo: esto constituye un uso inaceptable de un arma de
fuego, considerando que el agente de policía no estaba siendo
disparado.
Cabe esperar que el anunciado arresto del autor del
crimen vaya seguido de la suspensión de éste en sus funciones y
de una acusación por parte del Fiscal; que se realice
oportunamente la Investigación Administrativa Jurada; y que, en
un período de tiempo razonablemente breve, se lleve a cabo el
juicio pertinente.
Ha de
recordarse que, el 20 de noviembre de 1996, un oficial de policía
mató a sangre fría, cerca de Livadia, al gitano Tasos Mouratis,
de 45 años de edad, mientras éste se hallaba tumbado bocabajo en
el suelo, ante los ojos de algunos de sus seis hijos. El Estado, a
pesar de las reiteradas llamadas internacionales, nunca dio
informes de que la Policía o la Justicia griegas hubieran
castigado al autor del crimen. Igualmente, el 1 de abril de 1998,
en Partheni, cerca de Tesalónica, un agente de policía disparó
por la espalda, quitándole la vida, a Angelos Celal, de 28 años
de edad, conductor de un coche usado por romà, cuando éstos
trataban de escapar del arresto. Tanto la Policía como la
Justicia encubrieron el suceso, argumentando que el agente de
policía actuó en defensa propia, a pesar del hecho de que sus
propios informes señalaban que la víctima no iba armada y que
los agentes de policía recogieron, en la escena del crimen, 17
cartuchos usados procedentes de armas de fuego de la policía, y
un solo cartucho de un arma no policial, que por otra parte nunca
fue encontrada. El caso, que está apoyado por las organizaciones
anteriormente mencionadas, está pendiente de ser considerado por
el Tribunal Supremo, con el requerimiento de que se invalide la
orden de no persecución.
El ‘Greek Helsinki Monitor’ y el ‘Minority Rights
Group-Greece’ acogieron con agrado, como ya se ha señalado, las
declaraciones hechas el día 25 de octubre de 2001 por el alcalde
de Zefyri, Apostolos Zervas, cuando fue entrevistado por la cadena
de radio Flash 961. El alcalde condenó indirectamente el suceso,
y dibujó un cuadro desolador sobre las condiciones de vida de los
romà en su municipio, como resultado de la indiferencia
gubernamental. Muchos niños gitanos en edad escolar abandonan el
colegio, integrado exclusivamente por alumnos gitanos –lo cual
viola las leyes nacionales y los estándares internacionales–; y
algunos no tienen ninguna clase de documentos de ciudadanía. Por
ejemplo, la víctima no estaba registrada en ningún censo
municipal y hubieron de aplicarse procedimientos especiales para
conseguir una licencia de entierro.
Por último,
la Agencia de Prensa Estatal de Macedonia se apresuró, de nuevo,
a cubrir el episodio refiriéndose a una “persecución” y a un
“intercambio de disparos” no existentes, para justificar el
uso abusivo del arma de fuego por parte del agente de policía.
Del mismo modo, por ejemplo, un año atrás había informado,
infundadamente, de que varios residentes del campamento gitano habían
cometido graves delitos en las orillas del río Gallikos, sin la
confirmación previa de sus fuentes y sin disculparse después
ante los difamados romà. Similarmente, el 25 de octubre de 2001,
tras salir a la luz el Informe de Prensa de la policía, no enmendó
la incorrección de su noticia. (Información elaborada por el
Greek Helsinki Monitor y el Minority Rights Group-Greece)
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